Paseando en cleta hace alrededor de un mes divisé un nuevo restoran que me prometí visitar. Sospechaba que podía ser un buen lugar y quizás tendría una buena terraza para una cena estival. No me equivoqué!!
Tenía pendiente una conversación con un buen amigo, quién además disfruta especialmente compartir mis descubrimientos gastronómicos. Pues bien, nos dimos cita alrededor de las 21 horas en la Casa Flaño, antigua residencia de la familia homónima y que ha resucitado en manos de uno de los hijos, como restaurant.
Claramente aún está en el rodaje, pero hay pasta y mucho esfuerzo en otorgar un buen servicio. Una vez adentro, pudimos hacer un breve paseo por una casa preciosa, de diseño extraordinario y materiales nobles. Sin embargo, lo que me atrajo rápidamente fue llegar a la terraza, un enorme patio, ideal para una cena al aire libre. Sin embargo, solo habían unas pocas mesas en la zona inicial, pero claramente tiene un potencial por explorar gigante.
Nos instalamos en una mesa muy bien presentada y solicitamos los aperitivos incluyendo unas ricas machas a la parmesana. Mientras bromeabamos acerca de las posibilidades del enorme terreno de la casona, se nos acercó el dueño de casa, con quien charlamos amenamente acerca de la historia del lugar, lo complejo que fue recuperar las condiciones tras haber permanecido cinco años arrendada y los planes que tiene para el futuro. Bonito esfuerzo.
Una carta muy breve y en curiosa coincidencia, elegimos el mismo plato. Un roulad de salmón (realmente un mouse de salmón) relleno con camarones, espinaca y pimiento. Todo ello acompañado de un humus, salsa de aceto y espinacas. Sumamos una botella del rico syrah De Martino 347 reserva, con lo cual tuvimos una cena deliciosa, aunque solo después de pedir que llegaran más calientes los roulads. En fin, los detalles.
Nos pusimos al día sobre nuestras vidas disfrutando la tranquilidad fabulosa de esta terraza y el hecho que aún no es un lugar muy conocido, luego hay poca concurrencia.
Para los postres, un tiramisú aromatizado al kalua con salsa de arándanos y crocante de nuez y un postre de frambuesas con salsa de berries con crocante de almendras, ambos exquisitos. Solo nos quedaba pedir el café y despedirnos de Julián Flaño por tan amable y sabrosa velada.
Un lugar precioso que se añade a las promesas de disfrutes de Santiasco.