Hoy era un día de junta de proyectos con mis socios y cerca de la hora de reunión, comenzamos a coordinar el arribo a mi departamento. Habría retrasos y habiendo contactado a mi hermano, quien calmaba su apetito en el conocido restopub Ramblas, decidí pasarlo a buscar.
Allí compartimos una cerveza mientras él comía una buena hamburguesa casera y considerando los tiempos, decidí invitarlo a una incursión preliminar en un local recientemente inaugurado. Se trata del Café del Autor, un sitio que me llamó la atención algunos días atrás pues posee una terraza interior que imaginé disfrutable. Caminando unos cuantos metros, nos introdujimos en el sitio y nos instalamos en una mesa en medio del patio terraza. Que rico se siente el lugar, curiosamente aislado del ruido y especialmente del tipo de comensal que abunda en el barrio Manuel Montt, jóvenes ansiosos de chela y chorrillana.
Un verdadero oasis, nos atendió una jovencita para que seleccionáramos, de una brevísima carta, un té de frutas para mi hermano y para mí un delicioso jugo de frutos del bosque (berries exquisitos) y un tapadito de queso y champignones. Deliciosos bocados que suman a la fantástica ambientación con maderas que cubren completamente la antigua casa y que enaltecen el estilo sencillo pero de excelente gusto del lugar.
Este café está preciso para convertirlo en una opción de oficina al paso, posee WiFi, infusiones, pastelillos, sandwiches y especialmente toda la tranquilidad que se requiere. Me encantó¡¡