Un miércoles de una noche helada y prometedora, condujo mis pasos hacia el viejo Club de Jazz de Santiago para ver y escuchar a una de mis bandas preferidas. En esta ocasión, con formación nueva de «cadáveres».
La danza musical del blues de estos fantasmales individuos, se funge bajo la diestra talentosa de Gatillo, el alma más evolucionada del blues. Ingresan teatralmente entre el público para apoderarse del escenario repartiendo energías de ultratumba y una vez tomados los instrumentos, se inicia el viaje blusero.
La formación actual tiene a dos nuevos músicos jóvenes y talentosos, bajo y batería que acompañan la guitarra milagrosa de Gatillo, la voz anfitriona del blues y ancla de la historia del grupo.
Temas antiguos y algunos nuevos, acompañados de la deliciosa complicidad que consigue el grupo con los asistentes. Esa mezcla de talento, buenas letras, impecable ejecución instrumental, teatro y sobretodo simpatía, lograron subir la temperatura de esta gélida noche.
Un buen show que concluyó como es habitual en sus presentaciones, con un blues armado de frases que el propio público provee y una jam session con músicos amigos.
Gran espectáculo del blues, filete totalmente repetible!!!