Tetris : el espectador vivencial

En Santiago a (bastante más de) mil quedan pocos días y hoy comenzó el turno de Israel. La cita en el MAC del Parque Forestal a las 20 horas. Sin embargo, la hora real era a las 20:30 horas, pues para esta obra no puede haber atrasos del público. Es un verdadero ritual. ¿habrán considerado la rigurosa impuntualidad chilena?.

Alas 20:30 horas se abre el primer obstáculo y los que tienen entradas (están vendidas todas las funciones hasta el día 26), quedan frente de las puertas de madera del MAC esperando ser recibidos por los bailarines. Tuve la fortuna de ser el primero que cruzó el umbral y con instrucciones en inglés, me pidieron que me sacara los zapatos y realizara una sencilla prueba de altura en un probador (muy parecido a la prueba de la maleta de mano de los aeropuertos). Con ello, te entregaban el «suple» (una redonda y pequeña plataforma que ajusta tu altura para poder participar del misterioso juego). Sospecho que algún estudio hicieron para poder estandarizar en 4 niveles de plataformas y atender la variopinta altura de los asistentes.

En una mano la plataforma, en la otra los zapatos y pasas tras la cortina negra. Te reciben otros bailarines atentos y simpáticos, quienes te llevan a una posición en una remarcada superficie de líneas punteadas justo al frente del escenario. Te sientas en tu plataforma o pisito y esperas. Lentamente, van pasando uno a uno los asistentes y cuando ya hay un par de filas, siguiente paso. Pasas a ocupar alguna de las posiciones bajo (si abajo de) el escenario, claramente señalizado mientras por parlantes te dan instrucciones en perfecto español. Aquí te ubican justo abajo de uno de los orificios en el escenario.

Una vez que han ingresado los 65 miembros del público, comienza la función. Asomas tu cabeza a través de un ajustado orificio, protegido por una reja y, de verdad, es demasiado divertido, perder el cuerpo, solo ves caras. La obra transcurrirá mientras estás de pié con la cabeza en el escenario, increíble sensación.

De aquí en adelante, se desarrollan las tres partes de la obra. Los bailarines suben y bajan del escenario usando orificios ubicados en los bordes, se arrastran, saltan sobre ti, caen y se golpean una y otra vez en el piso al lado de tu cara, te hacen espectador obligado de sus forcejeos, bailes sensuales y eróticos, enojos y rabias, perversidad, alegrías y penas. un despliegue de virtuosismo y estado físico.

Finalizada la primera parte, bajas y recuperas momentáneamente el cuerpo para que en 5 minutos, vuelvas pero cambiando de posición, momento importante porque cada cual habrá evaluado cual es la mejor perspectiva cuando sube la cabeza al escenario. Mi recomendación es partir en un borde y luego ocupar el centro o viceversa, es genial!!!.

De pronto, estás viendo en una pantalla todo lo que ocurre abajo de tí, es increíble ves en la pantalla lo que no ves de ti. La disociación total, el arriba y el abajo, y la consciencia que sigues completo aunque no lo veas. Sorpresivamente te cubren con una tienda de algodón y continúan los movimientos rápidos y a veces violentos justo sobre tí, enfrente de tus ojos, al lado de tu cara (vi a varias personas cerrar asustadamente los ojos e incluso bajar su cabeza). Delicioso, un estímulo visual y energético, un espectáculo sensorial.

Para la tercera parte, sacas tu pisito y te ubicas nuevamente en la zona remarcada enfrente del escenario. Movimientos sincronizados, perfectos, los cuerpos de los bailarines en su máxima expresión, hermoso.

No quiero contar más, ya es mucho. Ojalá puedan disfrutar este espectáculo extraordinario.

Sukalde : delicioso placer

Hace varios meses que no volvía a este restorán, uno de mis preferidos. La razón que hace volver una y otra vez, es su excelencia y sobretodo los cambios de temporada en el menú que me siguen encantando.

Llegamos temprano, para partir con unas heladas aguas minerales que limpiaran nuestras bocas y apagaran un poco el maldito calor de Santiasco.

La partida fue con una atención del chef, unos tomates perla, pinchados con un trocito de sandía, aceite de albahaca y una sutil hojita de lo mismo. Fantástico. eso auguraba lo bueno que venía.

Para picotear mientras llegaban los platos principales, pedimos unos ostiones. Llegó un plato blanco en forma de caracol que traía los ostiones en una sopa de choclo con toques de merkén, polvo de cabritas (increíble e inesperado toque) y aceite de chorizo. Un deleite visual y especialmente de sabores exquisitos.

El vino, por cierto, un Pinot Noir (Porta 2006) ideal por su frescura y sutileza para acompañar unos platos notables. Atún de Isla de Pascua a punto, acompañado de couscous a la lavanda, una perfecta mancha en el plato de tinta de calamar (es exquisita), salsa de miel, algo de soya y merkén y el detalle de la espuma de wasabi. El otro plato, comida Thai, Konso (también de Isla de Pascua) finamente dorado, acompañado de puré de manzanas y cilantro, sobre el pescado, fideos de arroz, además salsa de coco, aire de curry y aceite de pimentón. Que más puedo decir, una presentación increíble, verdaderas obras de arte.

El postre, algo imperdible, Vuelta y vuelta, una compota de frutillas sobre una gelatina de albahaca y crema de coco, presentado en un recipiente insólito (deben verlo) y El Perfume, una panacota de Lychee (lichi, un fruto tropical) con salsa de frambuesa, abajo un brownie de chocolate blanco y encima una espuma de agua de rosas. Pueden creerlo!!!!

Maravilloso, es un sitio que pone la cocina al servicio del placer intenso.

Ascenso al Canoita : lindo paseo

Junto a los amigos del Club Malayo, hicimos un ascenso dominguero muy agradable. Como ya me he ido acostumbrando, me levanté a las seis de la mañana para poder armar mochila y salir a tiempo para encontrarme con David, quien gentilmente me transportaría en su auto. Al final, ibamos 4 invitados en dicho vehículo rumbo al sector de Lo Hermita camino a Farellones.

Alrededor de las 8:30 horas ya estábamos embetunados de bloqueador solar y caminando cerro arriba. Entretenidos por la hermosa vegetación, con muchas flores silvestres, el cerro se dejo visitar y disfrutar. Hicimos como dos horas y media hasta la cumbre. Salvo dos personas, todos llegamos a tiempo para disfrutar del banquete malayo. La parte menos light, pero más deliciosa de estos paseos.

Comenzamos con unas machas a la parmesana formato malayo (tarro de machas, jugo de limón y espolvoreado de queso reggianito), notable!!!!. Papas fritas, galletas rellenas con salsa de frambuesa. De postre, salió de una mochila un enorme melón tuna heladito, el cual trozado en medialunas, alcanzó para todos. Verdaderamente un acierto. Finalmente, ricos trozos de turrón, café del bueno acompañado de unos sticks de chocolate con sabor a naranja.

Gran disfrute gastronómico, buen paseo y hasta alcanzamos a volver para almorzar en casa.

Encarnado : el sufrimiento de los demás

Una calurosa sala fue el espacio elegido para presentar esta obra brasileña. El teatro de la Universidad Católica bien se merece la instalación de aire acondicionado, dos ventiladores no resuelven el problema. El Teatro Municipal también debiera resolver lo mismo.

El calor finalmente no fue obstáculo para gozar de un gran trabajo de danza, coordinación y tremendas emociones.

Comienza con una compleja danza a la que convergen todos los bailarines en una coordinación casi imposible y al mismo tiempo perfecta. Se tocan las manos, se miran, se rozan una y otra vez, entran y salen y finalmente cada cual pasa a ocupar su espacio en los bordes. Cada escena que sigue hace explotar los sentidos, desde un grito desgarrador, hasta el desangramiento de una garganta, el forcejeo de cuerpos desnudos o el acogimiento maternal entre dos seres sufrientes.

Los actores entran y salen, con ropa y a veces sin ella, a veces escapan del escenario otras veces se arrastran dolientemente, explotan en sangre, se pintan con ella, se desfiguran o simplemente retozan en un festín de dolores sanguíneos.

Compleja obra, pero clara en sus emociones y en la complicidad que provoca.

Providencia Jazz : última noche

Aunque yo estaba muy triste por temas personales, igual asistí a esta cita imperdible con el jazz. Muy lleno estaba el lugar, propio de una noche de despedida de este notable espectáculo que cada año sorprende más.

A las 21 horas, se anuncia la puesta en escena de un gran grupo, Mario Feito Trío, a quienes ya conocí cuando lanzaron en la SCD Bellavista ese magnífico disco «El último Patagón». Sólidos, hicieron un paseo por su disco con todo el arte de ese piano que Feito domina como pocos, la batería de Rodriguez y el notable trabajo de Arriagada en Cello y Contrabajo. Música selecta de buena factura.

El segundo turno lo tiene una agradable pianista y vocalista noruega Solveig Slettahjell (vaya nombre!!) acompañada de un trompetista excepcional. Linda voz y mucho encanto, para imponer su delicioso estilo de jazz.

Para cerrar, un plato conocido pero no por eso menos disfrutable. Dave Holland Quintet, a su contrabajo poderoso y virtuoso, para muchos el top del mundo, se añaden un vibráfono increíble, un trombón (lo mejor que he visto y lo he visto más de una vez) y un saxo. Extraordinarios, música de calidad sobrenatural, No en vano Holland tocó con el dios del jazz Miles Davis.

Una noche de cierre de campeonato, disfrutable de principio a fin.

Providencia Jazz segunda noche

Con algunos minutos de atraso, se dió inicio a esta segundo encuentro con la buena música. Una noche clara y con una fuerte brisa, además de una mayor cantidad de personas que en la noche de ayer.

Sobre el escenario la Orquesta Sinfónica de Providencia, a cargo del maestro violinista y director ruso Kolovob (o algo así). Músicos de todas las edades esperando frente a sus instrumentos y de pronto es anunciado el maestrísimo bandoneonista uruguayo Enrique Tellería. Lo que sigue es de antología.

Estaba previsto, según dicen para media hora de presentación, pero ante la insistencia y los bis del público, terminaron actuando por casi hora y media. Un paseo delicioso por los mejores temas de Astor Piazzola y algo más, con arreglos de orquesta exquisitos. Verdaderamente no imaginé que esta música porteña pudiera enganchar tanto a la gente. Tellería es un tipo sencillo y tremendamente humilde, como un gran maestro, encantó al público y fue aplaudido a rabiar. Mención especial merecen los músicos que hicieron de cuarteto con el bandonéon, batería, piano (increíble), contrabajo y una guitarra excepcional. Dejaron la vara muy alta.

Tras un largo intermedio, noten que había que desalojar una multitud del escenario, desmontar todo y luego instalar el equipamiento del plato fuerte de la noche. Me refiero a Ravi Coltrane Quartet.

Se hizo esperar Ravi, según dijo por cábala. Como sea, apenas iniciada la actuación quedó de manifiesto el nivel del cuarteto. Impresionante. El pianista, permanecía quieto mientras sus enormes manos bailaban por el teclado, con una precisión y rapidez asombrosa. El contrabajo, infatigable y asimismo de una rapidez de miedo. También, el increíble batero, digno de una olimpiada, arrancó gritos del público por su destreza y magnífica ejecución. Sobra decir que el hijo del gran John Coltrane es digno de su fama, una ejecución impecable y de expresión imperturbable. La verdad es que nadie quería irse, a pesar de la hora y que la noche refrescó bastante. Tras mucha batahola se logró un bis de la banda.

Una noche de gran calidad musical y una mezcla virtuosa de estilos. No se pierdan la última sesión.

Providencia Jazz primera noche

Una noche un poco más fresca, algo de viento, en Santiasco. Buen ambiente para la primera sesión de este Festival de Jazz.

A las 21 horas se da inicio al espectáculo con un cuarteto norteamericano de excepción. Se trata del Western Jazz Quartet, formado por eximios instrumentistas en piano, contrabajo, batería y saxo. Un despliegue formidable de calidad y simpatía, los gringos originarios de la Universidad de Michigan, deslumbraron con su arte. Con temas propios y una maravillosa adaptación del Felicidade de Jobin, arrancaron aplausos a rabiar. Fascinante el contrabajo, de lo mejor que ha pasado por Chile así como la batería, cuyo músico brilló por su naturalidad y buen humor.

Tras 15 minutos de intermedio, le tocó el turno a una megabanda, Tito Puente Jr & Band, también venidos de USA, pero todos centroamericanos, un arcoiris de nacionalidades para dar vida a una fiesta de mambos, chachachá y ritmos sabrosos. No les costó mucho para encender a la gente y hacerlos tararear, cantar, hacer palmas y hasta bailar. Fue una suerte de homenaje de Tito Puente Jr. a su padre homónimo, conocido como el rey del timbal y que habría pasado por Chile con Celia Cruz muchos años atrás.

Salvo por algunos incidentes técnicos, fue una primera noche estupenda y buen augurio de las dos siguientes. No se lo pierdan.

Alaska : los pensamientos del cuerpo

El turno de Argentina en Santiago a (más) de Mil. Ya al ingresar a la sala, los bailarines se encuentran en el escenario. El único texto, cuelga del cuello de uno de ellos y versa «estoy desesperado». Un sonido vibrante, semejante a un poderoso motor, comienza a tensar el ambiente, mientras se acomodan los espectadores. De tanto en tanto, los bailarines cambian de posición en el escenario y observan quietos. Dos músicos en escena, un piano y un violín, anuncian que además de las bases electrónicas, habrá música en vivo.

De pronto comienza, una bailarina aletea y salta, mientras otro comienza a arrastrarse y contornearse. Es el frenesí, cada gesto es como si quisiera decir algo tortuoso, la angustia la ponen los brazos que no responden o que se convierten en sogas que apresan el cuerpo, cuerpos que no responden a las angustiosas órdenes y que al mismo tiempo combinan con los movimientos de los demás. El baile, el deseo, el candor de un beso, la complicidad van desfilando entre cuerpos en movimiento casi permanente. Saltos que son detenidos en el aire, como suspiros, como pensamientos que no deben expresarse. Juegos, solidaridad y ternura, más baile y tamborileos, simplemente extasiante. El acompañamiento musical es vital para reforzar las sensaciones que se comunican. Gran trabajo.

Una obra genial, desbordante de corporalidad, poesía y estética.

Philotas : por el honor

Esta es una reposición necesaria para el teatro, una obra de corte clásico, sesuda y moderna después de todo. Infaltable en Santiago a (bastante más) de Mil.

Philotas el príncipe impetuoso y guerrero es capturado por el rey enemigo de su padre. Sin embargo, es tratado como si fuese una importante visita, todo lo cual le enfurece porque no puede aceptar ser tratado así, pues lo deshonra como guerrero y le lleva al desmericimiento. Pronto descubrirá que hay una buena razón, el hijo del rey que lo tiene cautivo, fue atrapado a su vez por su padre, lo que lleva a un empate táctico y ambos principes son solo piezas de intercambio.

Philotas, apelando a los dioses y a un implacable razonamiento acerca de lo verdaderamente correcto y perfecto, urde una artimaña que puede poner a su padre en ventaja y a él permitirle una salida honrosa. Ante una vida en vergüenza, mejor es morir con honor.

La tensión de la obra es manejada inteligentemente por el incesante movimiento y despliegue físico del actor sobre el escenario, lo que hace un fuerte contrapunto con la quietud y parsimonia de sus captores. Buen recurso técnico.

La épica de Philotas es la de los valores universales, por los que vale el sacrificio. Gran obra y la pueden ver hasta el 19/01 en el Teatro Antonio Varas.

Krrtrekking en la 5° región

Hace meses que no había podido destinar un fin de semana para probar lo nuevo o lo disfrutable de la costa en cuanto a oferta artístico cultural.

La incursión parte el viernes muy tarde en Santiasco, con una nutrida sesión de Blues en El Perseguidor en donde se presenta una nueva agrupación con algunos ex-Swingatos, especialmente los talentosos Gonzalo Araya en armónica y Tomás Gumucio en guitarra y voz. Se trata de Los Formidables, pretencioso título, pero no les queda grande, ya que hacen una estupenda sesión de buena música.

Ya que el hambre arrecia pasada cierta hora, fue un buen momento para aplicar una visita, al límite del cierre, al Candil. De hecho, estaban cerrando (parece que era muy tarde) y gentiles con sus asiduos y fieles clientes, nos abrieron la cocina para que pudieramos disfrutar una merecida degustación.

Relativamente temprano, el sábado nos enrutamos hacia Viña del Mar. Una entretenida puesta al día en múltiples temas hicieron el viaje muy rápido. Más tarde nos fuimos a almorzar a uno de los pocos lugares de Viña que hay posibilidad de almorzar a cualquier hora y frente al mar, en una exquisita terraza. Sushi recién preparado que debimos acompañar con cerveza, ya que la carta de vinos del lugar es simplemente minúscula, casi no existe. El maridaje es bastante bueno con una cerveza lager, lo que nos permitió disfrutar sin problemas, un largo y buen almuerzo.

Ya que las conversaciones se alargaron bastante, nos quedó poco rango de tiempo y tuvimos que volar hacia el Jardín Botánico, pues se presentaba en vivo Gepe. Gran espectáculo, un artista sencillo, agradable y con muy buena onda con el numeroso público asistente. El lugar está fantástico para recitales, al punto que uno puede estar recostado en el pasto, ver y escuchar sin problemas. Se anunció que vienen diversos shows para las siguientes semanas, incluida música de cámara y diversos grupos.

Ya en la noche, echamos a andar la brújula para conseguir jazz. Y fuimos afortunados, pues encontramos un lugar muy bueno, el Valparaiso Jazz Club (ver http://www.valpojazzclub.cl/) , ubicado en una zona poco turística del casco antiguo de Valparaíso, quizás un poquito desolado y oscuro. En fin, con ganas se llega y es recomendable ir con cena puesta, ya que lo comestible es una debilidad del lugar (igual al Club de Jazz de Santiago). Hay tragos y vinos, algunas tablas y pizzetas, pero no dan para una cena. En todo caso, la atención es excelente, precios razonables y un lugar bien habilitado y organizado.

Cuando llegamos estaba ensayando el grupo, Rossat Band, buena guitarra, batería estándar, un contrabajo de lujo y lo mejor, la simpatía, belleza y genial voz de Josefina Muñoz. Un deleite musical que se paseó por distintos tipos de jazz, para incluir posteriormente un Saxo tenor y cerrar con una impro de otro saxo extraordinario. Gran espectáculo.

Tras el disfrute jazzístico, era hora de algo más movido, tal vez 80’s-90’s. Estaba claro, el destino era La Máscara, un sitio con muy buena música para escuchar y bailar. Un sitio ideal para botar el stress acumulado en la semana y eso logramos con creces. Ya bastante tarde, en piloto automático, a casa para dormir como corresponde.

Domingo, nublado pero caluroso, se merecía un buen lugar para almorzar. Salimos a recorrer un sector de Viña que tiene varios nuevos lugares y elegimos un sitio muy interesante, el Bistró Arena. Tres pisos, incluida la terraza, con restorán en el primer nivel, café en el segundo y en el tercero un lounge exquisito. Buena música, una interesante aunque genérica carta de platos y buenas intenciones en el servicio (los chicos requieren entrenamiento y están dispuestos a aprender). Logramos que desempolvaran una deliciosa botella Montes Alpha Cabernet Sauvignon del 2005, para acompañar unos platos estupendos y muy bien presentados. Rollitos de carne que envuelven jamón serrano y gruyere con unos toques de orégano y estragón, acompañado de un puré con albahaca. Salteados de pollo marinado con una salsa de tomates, aceitunas y especias, acompañado de verduras al wok. Muy ricos y contundentes.

En vez de postres, decidimos continuar la sabrosa conversación con unos frescos bajativos, hasta que el sol decidió presentarse, rumbo al atardecer, ayudándonos a decidir un cambio. Nos enrutamos a la 26° Feria del Libro de Viña del Mar, cada vez más nutrida y ambientada. Mientras recorríamos los distintos stands, había un espectáculo en vivo con guitarra y bandoneón, notable. Hay ofertas increíbles, así que añadí a mi biblioteca tres buenos títulos de la editorial gedisa.

Ya casi de noche, lo inevitable, debí embarcarme hacia Santiasco. Buen fin de semana, Viña y Valpo tiene mucho para disfrutar.