Cata de Té : sorpresivo aprendizaje

Ampliar el repertorio de posibilidades para nuestros sentidos es una forma de disfrutar la vida y ciertamente, la oferta de la Escuela de los Sentidos (www.escueladelossentidos.cl) para esta cata no podía ser más tentadora.

Salvo por el maestrísimo Pascual Ibañez, catador talentoso y director académico de esta escuela, no conocía a nadie. Estoy seguro que si hubiese sido una cata de vinos, más de alguna cara habría reconocido.

Partió a la hora prevista con una referencia a la Dinastía Tang de China, aunque el verdadero origen del uso de las hojas de la Camelia Silensi (el té) se remonta a la India del 2700 AC. La primera sorpresa, es que solamente es té aquel que provenga de este arbusto, es decir, el té de hierbas no es más que una infusión, pero jamás té.

La recolección puede ser mecanizada (té común) pero la mejor es manual y es hecha solo por mujeres (una referencia a la pureza, que bien). Hecha la recolección, se marchita por algunas horas, luego se enrolla y se fermenta manipulando las variable temperatura y humedad. Luego se seca y listo. Contra todo lo que pensaba, el té es resultado de una fermentación, como el vino, un queso o la cerveza.

El té blanco es no fermentado y se hace solo con las yemas de las hojas (en rigor, no alcanza a formarse la hoja), el té verde tampoco es fermentado, pero si se hace con las hojas del arbusto. El té negro, el que más conocemos, es el que pasa por todas las etapas de fermentación y secado.

Es tan delicado el proceso de un buen té, que bien vale su precio. Sin embargo, la mayoría no sabe como servirlo y generalmente lo hace pedazos. Me enteré que el té debe estar fresco (tienen fecha de vencimiento), solo usar envases sellados (las bolsitas no porque el té se contamina con los olores del medioambiente), jamás echarle azúcar, a lo más cortarlo con un par de gotas de leche si es muy fuerte. Sorprendente!!!!

Servir el té es mucho más complicado de lo que creía, solo debe usarse agua fresca, con el primer hervor, enjuagar la tetera (porcelana idealmente) y botar el agua (es para temperar la tetera), echar 1 cucharada por cada bebedor más una, dejar reposar 2 a 3 minutos, revolver agitando la tetera y servir. Plop! que complicado no?

Bueno, vamos a la cata.

El primero fue un té blanco Pai Mu Tan, con un toque metálico nítido, fresco, algo untuoso y cítrico. Exquisito. Siguió un té verde Dilmah con intenso olor a pasto, a algas o al olor de las rocas en el mar, algo turbio y más amarillo que el anterior. Acompañamiento ideal del sushi. Los japoneses se la traen!!

Después, un té verde chino con bergamota y ginseng, de color muy claro y contundentes aromas, como a perfume de mujer, ácido y con cierta aspereza en la boca. Sería rico macerar un pescado con este té. Probamos una galletita de mantequilla e inmediatamente desapareció esa aspereza inicial. Que rico!!

El siguiente fue un té rojo Pu Erth (el té de los emperadores) con un olor a cochayuyo y a tierra, además de un toque muy mineral. Reprobado, no me gustó!!. El té negro con Lychee (un fruto tropical), con aroma a damasco y a tierra, nos obligó a repetición, pues Pascual advirtió que le había faltado tiempo de reposo antes de servir, asi es que al finalizar la secuencia de cata, lo volvimos a probar y ahí aparecieron aromas a gewurstraminer, a un cosecha tardía (late harvest), un té magnífico.

El sexto té fue un negro Bangai Fire con pimienta, canela, jengibre, cardamomo y clavo. Uff, que mezcla, en nariz inunda con cardamomo y canela, pero en boca, increíble aparecen todas las componentes en forma perfecta. Extraordinario, lo mejor de la noche.

El último de la lista un té Lapsang Souchong, ahumado como con humo de pino verde, un olor a sur de chile, chimeneas y tierra. Acompaño bastante bien al salmón ahumado.

En fin, que increíble cantidad de datos y experiencias gustosas en esta cata. El té ya no será lo mismo para mí.

España en el Corazón : Homenaje a Guernica

La galería de arte del edificio de Codelco normalmente regala buenas exposiciones (es completamente gratis) y en esta ocasión una magnífica muestra.

El escultor Palolo Valdés (www.palolo.cl) rememora tridimensionalmente el Guernica de Picasso, esculturas increibles, llenas de textura, de tierra y espanto. Es impresionante el efecto de ver las figuras horrorizadas de la famosa pintura que recuerda ese sangriento bombardeo del año 1937 a una población civil inocente, durante la guerra civil española.

También hay unos bocetos a mano hechos por Picasso cuando estaba creando la obra y llama la atención que varios sean en colores, cuando finalmente solo retrató oscuridad.

El talento de Palolo es digno de aplausos, consigue representar perfectamente la emoción de los cuerpos, el dolor que grita desde cada forma y la impotencia dibujada en cada gesto. Hermoso e imperdible filete.

Curso de montañismo I : gratificante experiencia malaya

Si bien solo llevo 6 meses divirtiéndome en la montaña, me pareció razonable que una actividad tan disfrutable al no estar exenta de riesgos, requería un poco de conocimientos y de experiencia de expertos. Aunque mi enfoque no es precisamente competitivo ni de rango deportista, bienvenido saber algo más. Así que este fin de semana, lo dedique a gozar el aprendizaje de técnicas y otras yerbas que me permitan hacer mucho mejor la experiencia que ya vengo teniendo.

La preocupación por las técnicas de montaña comenzó a aparecer en nuestras conversaciones entre algunos Malayos hace un tiempo y pienso que la iniciativa de un curso de montaña para Malayos es una gran oportunidad de mejorar los niveles de seguridad de los frecuentes paseos del entusiasta grupo.

Una partida un tanto accidentada, por la escasa puntualidad del grupo asistente (David, me acostumbré a tu british performance!!!), sin embargo, los 11 asistentes hasta ese momento ya veniamos haciendo buenas migas. Un grupo entretenido y variopinto, con predominancia de juventud, lo cual hizo especial el humor de esta jornada. Un doceavo asistente nos alcanzó gracias a un percance mecánico de nuestro transporte.

Primer día dedicado a datos históricos y útiles sobre montañismo, campamento, utensilios diversos y orientación. Una experiencia práctica puso en evidencia lo importante del uso eficiente de una brújula, aunque existan GPS y tantos gadgets electrónicos fantásticos.

La cocina del día en cada cordada fue diversa, desde quienes no sabían como hacer funcionar su cocinilla, hasta las expresiones extremas del buen gusto gourmet. Sobre gustos no hay nada escrito o quizás, se ha escrito demasiado, pero nunca es tan divertido. Por mi parte, aproveché mis aceitunas negras descarozadas, combinadas con fideos tricolores, queso de cabra al orégano, salame italiano y cortes en juliana de jamón de pavo ahumado. Exquisito!!!

Una mochila bien armada se para en 90° sin esfuerzo, el armado de una carpa puede ser una pesadilla cuando hay viento, existen 14 montañas por sobre los 8.000 metros y Luksic financió la puesta de un libro de visitas en todos los 6.000 metros de Chile. Que freak y al mismo tiempo, que fantástico.

Estaba haciendo una cordada de a uno, hasta que junto a otros dos «independientes» decidimos operar en equipo. Con ello, formamos un grupo muy divertido y super funcional, ya que todo lo que necesitábamos lo teníamos cubierto. Así vale la pena «encordarse», nos fuimos a una carpa común (habiendo tres), para cuando decidiéramos a dormir. Dado mi afán por disfrutar cada oportunidad existente, me puse a observar las estrellas y jugamos a identificar aquellas estrellas que sirven para orientarse. Cada cual sacó conocimientos a relucir, ¿Como descubrir el norte a partir de las Tres Marías, como encontrar el sur con la Cruz del Sur?. OK, Fin de la primera y divertida jornada.

Una noche de sueño sobresaltado, me resulta complicado dormir acompañado y más cuando hay pendiente (estábamos en un cerro en Yerba Loca) que me obligó a hacerme consciente de cada movimiento. Me queda claro, que dormir en plano en la ciudad es un acostumbramiento brutal.

A las 7 de la madrugada, salimos de la carpa a preparar desayuno. Contundente esfuerzo para asegurar una buena jornada, cuesta mucho desperezarse cuando no hay ducha disponible. Pero es rico comer y en eso no hubo pudor.

Clases de nudos, ufffff!!!!!, no me acuerdo ni de los nombres pero se que hay nudos útiles por doquier.Para dar el examen voy a tener que estudiar!. En todo caso, me divertí mucho viendo las distintas opciones y las dificultades que teníamos para seguirlas. Es increíble lo que se puede hacer con una cuerda, más aún cuando se aprende a hacer enredos con una cuerda y la gracia es que después se pueda desenredar. Celebro el ingenio humano y el buen humor del grupo, nos reímos mucho.

Después vendría un rico almuerzo de cordada (cocinar juntos es buena opción para conocerse), preparamos fideos tricolores combinados con pescado y sabores de champiñones proporcionados con una «sopa para uno». Bajarán nuestros umbrales o simplemente estamos más dispuestos a disfrutar cuando es «lo que hay»??.

Por fin, tras el almuerzo nos vamos a practicar rescate en montaña. Una clase muy divertida, pues hay multiples opciones, algunas dolorosas, pero al fin y al cabo, posibilidades para atender a un compañero malogrado en la montaña.

Cerrando la jornada, nos entretuvimos desarmando el campamento, haciendo evaluación de la jornada y prometiendo que el próximo fin de semana será mucho más divertido.

Largo viaje de retorno a Santiasco, solo queda una semana para la siguiente sesión.

Puerto Pirata : inesperado sabor

Muchas líneas de nostalgia y algunos párrafos de melancolía me hicieron caminar por el barrio Providencia esta noche. Pos simple casualidad llegué a cenar a un restorán apacible y de poca bulla en Román Díaz.

Poca gente, música criolla peruana en los parlantes y una iluminación sobria para un ambiente sencillo, pero prometedor.

Mis pasos al segundo piso para descubrir una pequeña pero interesante terraza, un lugar para fumadores y sobretodo para quienes queremos estar solos. Una noche con temperatura agradable y por fortuna, en un lugar en que hay poco ruido automotriz.

Un solícito mozo dió en el clavo al ofrecerme un pisco sour peruano, ya que solo en restoranes peruanos acepto el sacrilegio de un aperitivo ácido. Pedí una entrada clásica, una causa peruana de atún, esas papas amarillas unidas a palta, ají amarillo, mayonesa y por supuesto una capa de atún. Luego, deviene un largo diálogo para convencer al mozo que no es posible que su carta de vinos no contenga pinot noir y la sorpresa increíble, cuando aparece, fuera de repertorio una botella de la bendita cepa, Viña del Mar 2004 (valle de Casablanca). Todo bien.

Pido entonces, un filete de corvina a la plancha con camarones, ostiones, calamares y cortes de pulpo salteados en una rica salsa peruana condimentada con vino blanco, ajo, pimientos y el habitual ají amarillo. Los tonos ahumados y el sutil gusto a madera del pinot noir maridó con perfección con la comida, armonía necesaria para hacerme sentir el placer de estar solo.

Un buen café negro puso punto final al goce de media semana, en fin, la vida continúa

Cata de Syrah : exquisitas sorpresas

Una vez más la Escuela de los Sentidos abrió la invitación para una buena sesión de placer de degustación de vinos. En esta oportunidad, una cepa que comienza a abundar en Chile y a sorprender.

Tras una breve reseña del origen de la cepa y de sus mejores representantes en el planeta, pasamos a degustar una delicada selección que Pascual Ibañez nos tenía preparada.

Partimos con Chocalán Reserva del 2004, Valle del Maipo, un vino sabroso aunque un tanto rudo en su sabor y aroma. Seguidamente un versión muy redonda y rica, Wine Maker 2004 de Porta, Valle del Aconcagüa. Otro delicioso exponente del Valle del Maipo fue el Aresti Reserva 2005, delicioso, casi goloso, óptimo para acompañar quesos granulados o duros.

Después llegó el turno de un Carabantes 2005 de Von Siebental, Valle del Aconcagüa, un vino fragante de especias y buena madera. Hasta este momento el mejor del grupo. Ahí llegó el potente Tabalí Reserva 2006 del Limarí, extraordinario, un vino tremendo. Finalmente, la sorpresa mayor, un Pérez Cruz 2004 del Valle del Maipo, increíble, el mejor Syrah que he probado, tan rico que podría beberse solo.

Magnífica y placentera sesión, quedé con ganas de más.

Masaje Express : delicioso placer laboral

Un buen masaje de cuello, brazos y espalda, debe ser uno de los placeres más universales.

Hoy según previo acuerdo entre varios colegas de oficina, contratamos este servicio de masajes a la oficina. A las 15:30 horas en punto, llegó la masajista con su equipamiento. Un manejo altamente profesional, incluso traía la música para relajar.

Tuve el privilegio de ser el primer beneficiado con esta magnífica sesión, salieron las contracturas, se reposicionaron mis vértebras, de repente con algo de dolor, pero finalmente el placer inundó mi cuerpo de manera genial. Habría estado el resto de la tarde disfrutando el masaje, pero esos 15 minutos me dejaron lleno de paz y con una sonrisa en mi cara. Exquisito!!!!

Buen comienzo de semana, hay que repetirlo pronto.

Impudicia: una obra extraña

A pesar que decidí con mucha anticipación ver esta obra, jamás habría podido imaginar el resultado.

Una chica con el look de Dorian Gray esperando a su macho, nos contamina con sus cavilaciones. Si sufre tanto en su vida porque no hace algo por modificarla?. Porque algunas mujeres son tan absurdamente complejas, que les prohibe ser prácticas?.

Esperando a su pareja, se llena de apestosas cavilaciones, de monstruosas elucubraciones, mientras transcurre el tiempo. La realidad imaginada es más horrible que lo que sucede.

Tamaña imaginación, desesperante y rídiculo espectáculo del universo especulador y autoflagelante del ser humano. Si amar y estar con un otro tiene ese precio de dolor, para qué lo vive?. Sin embargo, este viaje imaginario a las profundidades de la mente femenina, nos hace comprender más al ser humano.

Compleja obra, puntiaguda reflexión y doloroso proceso del vivir en pareja. Porqué nos gustará sufrir?

Scena : lounge y algo más

Cenar un jueves cualquiera, requiere un buen lugar y Scena era un sito que quería visitar. Avenida Italia con Bilbao, galpones de antigua fábrica o que se yo, se ve oscuro pero invita. En la entrada sillones y mesas como un buen lounge, la música perfecta, hay dedicación en seducir al recién llegado. Nueve mesas ocupadas con parejas y otros dedicados a hacer un espacio disfrutable en su término de jornada. La iluminacion muy adecuada para construir un ambiente acogedor. Buenos olores y grandiosos detalles para disfrutar.

Pido una corvina con puré de habas y confite de tomates secos y frescos. Un filete de corvina al horno delicioso, sobre un puré de habas, con tomates asados y pesto de albahaca y piñones. Fantástico plato. La carta abundante de deleites pero pedí la carta de vinos para ver la combinación que faltaba. Un Montes Limited Selection 2007, Pinot Noir de Casablanca fue la compañía perfecta para este delicioso plato.

El escenario está vacío pues solo los días viernes y sábado hay show. El buen dato es que todos los viernes hay jazz y los sábados ricas baladas. Entendí que el lugar tiene más cuento que contar.

El plato tiene una presentación impecable, la rúcula, ciché de los chefs de estos días, infaltable. Hay aromas de orégano y pimienta, sabores a flor de piel, la condimentación precisa, muy rico.

Tras ese delicioso plato, me entusiasmé con un postre, un pie de maracuyá y limón con frutillas sobre un crocante de almendras. Verdaderamente exquisito. Los arándanos y la menta de adorno fueron insustituibles, solo frenaron cuando saboreé el café express que pondría término a esta fantástica cena.

Scena, un gran sitio en Santiasco

Cerro Pintor : helado disfrute

A pesar de haber dormido muy poco por mi incursión nocturna al buen jazz, las ganas de pasar un domingo en la montaña son irrefrenables y siendo las 6 de la mañana estaba en pié preparando mi mochila. A las 7:05 horas (puntualidad británica) ya estaba con el gran David, presidente honorario de Los Malayos, quien amablemente nos recoge en la ruta con su auto para ir al punto de encuentro.

Veintún malayos se aparecen para el paseo. Increíble convocatoria en el kilometro cero del camino a Farellones. Nos redistribuimos en los vehículos 4×4 y nos vamos ansiosos al último andarivel de La Parva.

El cielo sobre la montaña no se veía muy despejado, pero había suficiente sol. El ascenso fue rápido y a medida que avanzábamos, comenzó a sentirse el frío. La temperatura bajó, pero la sensación térmica mucho más, pues el viento fue un acompañante permanente de la ruta. A medio camino, me tuve que poner guantes y una segunda capa de ropa bajo el cortavientos. (Debo reconocer que he aprendido a punta de errores a adivinar lo que necesitaré en cada ocasión y llevarlo en mi mochila). El último cuarto del recorrido fue sobre la nieve, una sorpresa para estas fechas.

Hicimos la cumbre un buen rato después que el escapado Hernán, que parece que se fue corriendo (broma). Mientras esperábamos al resto, el frío comenzó a sentirse fuerte y comenzamos a adelantar parte de la ingesta calórica, reservada para nuestro banquete. Finalmente, ya cerca del mediodía, decidimos bajar a un mejor sitio para que pudieramos estar todos mejor y de paso advertir y proteger a los menos experimentados de una zona con hielo que resultaba bastante peligrosa. De hecho, en ese tramo, los bastones resultaban inútiles con la dureza del hielo y me asusté un poco.

Ya instalados en la zona segura, comenzamos nuestro banquete malayo, la parte sibarita del paseo. Partimos con un aperitivo de salame italiano y aceitunas rellenas con jalapeño, frutos secos, galletas, huevos duros y sandwiches varios. Giovanni cocinó unos champiñones al ajillo y merkén que le quedaron deliciosos, mientras Poncho hirvió té con especias (canela, jenjibre, pimientas y quien sabe que más). Fantásticos aportes. Para el postre uvas y una selección de chocolates y arándanos, para concluir con el buen café brasileño y los turrones, esta vez argentinos, de maní y almendras. Quedamos chatos de comer, pero fue exquisito!!

Bien por los malayos y el montañismo hedonista.

Pink Freud : jazz increíble

Con mi hermano habíamos dejado reservada la mejor mesa frente al escenario en la visita al Thelonious del jueves. Fue muy buena idea, porque una hora antes de comenzar el espectáculo, ya estaba lleno y seguía llegando gente, la mayoría sin reserva, que no podía creer que se perdían a este notable quinteto. Hay que aprender, lo bueno tiene demanda.

Conocí a Pink Freud en el Festival de Jazz de Providencia hace un par de años y al parecer dejaron huella, pues estaba lleno de fanáticos. El quinteto procedente de Polonia tiene sus méritos, varios festivales y seis discos a la fecha.

Con algún retraso, aparece Tomasz Zietek, la trompeta también virtuoso player de una consola de samples muy sofisticada y probablemente «el que la lleva del grupo». A su lado, Tomasz Duda, notable en saxos y clarinete, exigente en su potente interpretación. El bajo eléctrico a cargo de Wojtek Mazolewski, quien más parece un rockero quizás negro por su brillante sentido del ritmo. Kuba Staruszkiewicz haciendo pedazos la batería con un toque violento y creativo. Finalmente, el voladísimo Marcin Masecki, un inspiradísimo pianista.

Se lanzan con un tema sorprendente, el único tema de la primera salida, lleno de variaciones y ritmos del jazz, muy emparentado en ocasiones con el rock, de repente punk y sobretodo con el arte de la improvisación jazzística. Delirante exhibición de buen jazz. La batería y el bajo, le dieron la potencia rítmica, el saxo y la trompeta el aporte solista y los acordes de piano la poesía.

Ovación del público, más de 40 minutos tocando sin parar. Increíbles.

La segunda parte, fue más loca que la primera, porque el piano se desata de manera insospechada, Marcin toca con sus manos, sus codos, directamente en las cuerdas del piano, apoya con su voz, silba e incluso grita. Seguido en su locura vocal por Mazolewski quien muestra que el bajo también saca sonidos por golpes en el cuerpo de la guitarra o con el acople en el amplificador. El baterista por su lado también saca sonidos de todo a su alrededor, cualquier parte de la batería sirve, incluyendo platillo y un instrumento de percusión que mantiene en el suelo y que se las arregla para golpear velozmente con los palos. Zietek en la trompeta samplea en su «juguete electrónico» y va creando bases y nuevos sonidos sobre la marcha, haciendo honor a la capacidad de improvisación de la banda. Solo Tomasz Duda mantiene la cordura y saca sonidos increíbles de un saxo soprano que alterna con un clarinete. Fue la locura total y solo fue un tema!!!

Una noche inolvidable, el jazz siempre puede sorprender y hacer disfrutar a tope.