Regreso al TapasPassion: continúan las delicias

Esta debe ser la tercera o cuarta vez que voy a este lugar de pequeños y sabrosos bocados y confieso que es extraordinariamente adicitivo, vendría muchas veces más. Aunque he visitado otros bastante ricos, éste es mi favorito.

Apenas instalados en la mesa a la que nos condujo una anfitriona, fuimos rápidamente abordados por un mozo con las cartas y fue por nuestras botellas de agua mineral, mientras elegíamos la combinación de tapas más sabrosa. La variedad es enorme y las fotografías de la carta solo hacen aumentar la seducción de estos platos.

Sin muchas dudas, partimos la orden con arroz ibérico, rabo de toro, bombas de carne, croquetas passion, pulpo a la gallega, tártaro de atún y leche de tigre. Una multitud de sabores maravillosos y que acompañamos con una deliciosa botella de carmenere la la Viña Valle Secreto 2010 de regalo el cual conseguí con mi tarjeta de socio de la CAV.

Para los postres un melocotón al vino y un cremoso de chocolate y fresas, exquisitos!!!. Al cierre, los infaltables cafés negros y la promesa de volver con absoluta certeza.

Nevados de Chillán : fin de semana largo con Los Malayos

Con ansias esperaba este fin de semana largo que regaló octubre para hacer realidad un paseo, que por segunda vez, se organizaba en mi querido Club Los Malayos. El itinerario fijado con bastante anticipación, incluía salir muy temprano el día sábado hacia el sector Las Trancas rumbo a las Termas de Chillán, un verdadero santuario de la naturaleza en donde se ubica el refugio El Aserradero del Club Andino de Concepción.

El vicepresidente del Club Andino de Concepción, Luis «Coco» Hinrichs,  es uno de los fundadores de nuestro Club Los Malayos, un extraordinario amigo, gran cordada y sobretodo un gran malayo. Junto a María Paz Vargas y Rodrigo Tapia, más la indispensable ayuda de internet, dieron vida a este fabuloso paseo que nos regalaría disfrutes maravillosos por tres días.

Tras una semana intensa de trabajo, la noche del viernes hacia la medianoche preparé mi mochila y con unas pocas horas de sueño, salí a las 6:30 horas rumbo al punto de encuentro con quienes haría el viaje. Puntualmente, pasaron por mí y nos dirigimos a buscar al último malayo que viajaría en esta camioneta, el gran David. Pronto ya estaríamos camino hacia la primera parada, una estación de servicio en donde nos esperaba otro vehículo con el cual haríamos caravana hacia el punto de encuentro en la ciudad de Chillán.

Pasamos a desayunar en la carretera y seguimos raudos el viaje, pues teníamos un siguiente punto de encuentro en el estacionamiento de un supermercado en Chillán en donde coordinaríamos los últimos detalles. De los 42 inscritos, finalmente solo hubo 4 que por diversas razones no pudieron asistir.

Realizadas algunas compras, nos dispusimos a ir a almorzar al mercado en multitud. El paso por el mercado fue un verdadero asedio de promotoras de restaurantes que nos asfixiaron, afortunadamente conseguimos un dato de picada en las cercanías y fuimos a dar a un inmenso local, el Restaurante Valdés.  Estaba llenísimo, pero con maña y paciencia, finalmente logramos instalarnos apretados en dos grupos de mesas. Lo increíble es que el mozo atendió a todos en un tiempo inconcebiblemente breve; los platos sencillos, abundantes y bastante sabrosos, lo que sumado al módico precio, nos dejó una grata impresión a todos y una buena propina al mozo.

De ahí salimos a buscar los vehículos y recorrer esos 80 Km. que nos dejarían en el refugio. A nuestra llegada nos encontramos con otros malayos que habían llegado la noche anterior, los cuales ya habían tenido la oportunidad de salir a hacer paseos en los alrededores, especialmente al sector de la cascada y a un hermoso mirador  de la abundante belleza de ese entorno.

Ya instalados en la casa, se empezó a fraguar la idea de aprovechar el quincho para hacer un rico asado de bienvenida. Una rápida colecta y mientras la mayoría disfrutaba de las conversaciones, la calidez del sol y de la amistad enmarcado en un hermoso atardecer, un grupo salió de compras.

Un poco más tarde, la repartición de funciones fue espontánea y mientras un grupo se encargaba del fogón, otro cocinaba una abundante tallarinada y salsas. Poco a poco se hacía de noche y dispuestos alrededor del fuego en donde el «maestro» Luna mostraba su arte parrillero, los malayos más antiguos y más cercanos, me cantaron un cumpleaños feliz que me dejó estupefacto. De alguna forma se habían enterado y habían decidido darme una increíble sorpresa. Por cierto, como es natural en este divertido grupo, repetirían esa noche al menos 6 veces el simpático cántico con el objetivo que yo nunca olvidase la celebración. Son unos locos notables!!!

Tras la cena, la conversación siguió hasta muy tarde en el quincho, entendiendo que la mayoría saldríamos de madrugada a cumplir con los ascensos de montaña programados, la mayoría se fue a dormir. Esa noche una ruidosa discusión de una pareja, despertó a varios y fue motivo de muchas conversaciones y bromas los siguientes días. Solo podría agregar que los temas privados deberían permanecer en dicho ámbito y que afortunadamente la sana actitud de los miembros del club de no entrometerse ni tomar partido, hace que todo vuelva a un curso normal.

Cuatro de la mañana me despiertan creyendo que eran las cinco, ya que los smartphones asumieron recién el horario de verano que por decreto se había adelantado este año. Afortunadamente nos dimos cuenta a tiempo y pudimos dormir una hora más, antes que el grupo de 24 malayos que subiríamos el Nevado de Chillán, tomáramos desayuno y saliéramos rumbo al camino Shangri La en donde comenzaría la caminata en la penumbra del amanecer. El acercamiento lo hacemos bajo un cielo muy despejado y que nos anunciaba que incluso sería un día caluroso. Caminamos primero en medio de bosques de flora nativa, luego por parajes llenos de residuos volcánicos, grandes rocas y brazos de río que cruzamos una y otra vez mientras avanzábamos hacia el lejano volcán. En el camino, fueron quedando algunos malayos, no obstante lo cual, 17 de nosotros logramos hacer la cumbre tras más de ocho horas de ascenso con un clima muy variable que nos azotaba con viento helado, momentos de neblina en que la visibilidad era de menos de 10 metros y una heladísima cumbre. Por ese frío permanecimos en ella solo hasta que llegara la extraordinaria Eliana, la abuela atómica, una mujer de la tercera edad con la energía de una veinteañera y que nos llena de orgullo.

Comenzamos el descenso con un clima que nos ponía a prueba,  a ratos granizos, plumillas de nieve y abundante lluvia, todo lo cual añadió más pasión a esta aventura. Los riachuelos que cruzamos en la subida ahora llevaban más agua y varios sufrieron caídas caminando en rocas mojadas, pero nada amilanó al grupo mientras descendíamos recogiendo a nuestros amigos que nos esperaron para regresar juntos al refugio.

Volvimos comenzada la noche y nos encontramos con el grupo que había ido al otro destino, el cerro Pirigallo. En realidad, terminaron yendo a unas termas pues al encontrar nieve dura y no teniendo todos el equipamiento adecuado, se tomó la decisión de un plan B, pues en el club el nivel de riesgo se evalúa y se toma la mejor decisión para que todos puedan disfrutar la montaña en forma segura. En cualquier caso, pasaron un día genial con muchas divertidas anécdotas que incluyeron el ingreso de algunos a las termas en ropa interior (lo que causó sensación a algunas féminas del lugar) y hasta un divertido «cara-pálida» en camarines que se inmortalizó en una fotografía.

El espíritu malayo volvió a relucir cuando llegamos al refugio y nos tenían preparado un nuevo asado, que esta noche era especialmente bienvenido dado el enorme desgaste de 13 horas del paseo al Nevado. Me sentí especialmente agradado cuando apareció el maestro Luna con un pincho con lomo asado y una lata de cerveza para darme la bienvenida, nada más reconfortante que el cariño de los malayos.

Esa noche, tras las duchas deliciosamente calientes, nos volvimos a reunir un gran grupo en torno al fogón del quincho para conversar, comer y beber los regalos que habitualmente incluimos en nuestros habituales menús malayos. En esta ocasión, de las mochilas de varios de los presentes, salieron deliciosos tintos de reserva que disfrutamos colectivamente mientras contábamos historias y nos reíamos como siempre del ingenio y la alegría que emana del grupo. Nuestro club tiene una impronta del disfrute, cada momento es una oportunidad de saludar la belleza de vivir.

Esa noche nos divertimos hasta muy tarde, aunque mi cansancio me hizo ir al saco de dormir antes que otros y juro que dormí sin sobresaltos hasta las 8:30 de la mañana. Qué delicia de descanso!!

Esta mañana de lunes, un grupo regresó temprano a Santiasco, otro salió a pasear a la cascada y el resto nos quedamos haciendo un largo y conversado desayuno, al que se incorporaban progresivamente los que iban despertando. Poco después, ordenamos nuestras cosas, limpiamos un poco y de tanto en tanto, seguimos riendo profusamente de todas las graciosas anécdotas acumuladas en estos días.

Para el regreso, decidimos avanzar tanto como fuera posible hasta volver a juntarnos en un restaurante de la carretera en donde almorzaríamos 11 malayos en especial despedida de este increíble paseo. Dejé algunas fotografías para el recuerdo.

Me encantan Los Malayos!!!

Travesía de Granizo a Palmas de Ocoa: una delicia malaya

Este fin de semana tenía la oportunidad de probar que mi mano derecha volvía a la normalidad tras mi desafortunado accidente. La verdad es que no me di cuenta como se acomodó tranquilamente a la maravilla de un paseo malayo. Nos juntamos en Plaza Italia a las 7:30 horas en dos buses,  coordinados por nuestra tremenda malaya Elena Salum. A la hora acostumbrada, 10 minutos de espera, salimos rumbo a la siguiente estación, el punto de encuentro en la Copec después del peaje que marca la salida hacia el norte de Santiasco.

Una vez completa la asistencia, 72 malayos en juego, nos fuimos en linda caravana hacia la entrada de Granizo al Parque La Campana, nuestro destino en este día lluvioso pero lleno de sueños y esperanzados sabores malayos.

Una vez ingresados en el parque, tras los preparativos indispensables que incluyen guantes, protecciones para la lluvia y radios, iniciamos este exquisito paseo. Somos más de 70 malayos iniciando una travesía en este hermoso parque, es verdaderamente una multitud, pero hacemos la pantomima de que somos pocos, porque nos aterra tanta multitud.

Nos organizamos en los básico, quién lidera, quién cierra y comenzamos la aventura bajo la lluvia, sutil pero permanente, nos acompañó todo el viaje. No fue un problema, la nitidez del paisaje, la frescura del aire, la exquisita fragancia del camino fue una consecuencia fantástica del clima que nos acompañó este día.

Estas decenas de malayos pasaron uno a uno por los exquisitos paisajes y húmedos recodos de este camino,  gozando la belleza de palmeras y flora local, para ser parte de esta aventura formadora, en que se aprende a amar la belleza natural, el regalo sin retorno que nos da la naturaleza y que nos convierte profundamente en defensores de este planeta maravilloso que nos otorga belleza por doquier.

Estoy seguro que la gran mayoría de estos malayos, viejos amigos y desconocidos cercanos, han aprendido una nueva lección en este paseo, la maravillosa naturaleza es un regalo y  nos debemos a ella, para cuidarla y mostrarla a los demás. Aquí algunas fotos para disfrutar.

Lindo paseo malayo, queremos muchos más malayos disfrutando comprometidos con nuestra hermosa montaña.

 

Amores de Cantina : amores y desamores

Un escenario con sillas en las que diversos personajes ocupan un lugar trágico en una cantina imaginaria en que están todos los representantes de nuestra cultura arrabalera, frenéticamente «shanta» y sobretodo popular. El amor y el desamor como tema central hace que cada personaje se exprese en su angustia y poderosa precariedad para construir su historia. Desde la mina del dueño, el mino que se come a la mina del dueño,  y los fantasmas de todos los personajes de cantina.

Una delicia de aciertos musicales, con una María Izquierdo formidable como el fantasma omnipresente entre tanta precariedad emocional y deslizándose ingeniosa entre las décimas de dolor y marginalidad que es el centro de esta increíble obra.

El tiempo pasa presuroso mientras los cantos y los dolores de estos personajes toman rienda suelta en la escena. La maravilla que crea en décimas Juan Radrigán es amplificada por la versatilidad y talento de estos personajes de cantina, deseosos de atención y hambrientos de amor, que motiva toda esta deliciosa obra.

Encantadora, los fantasmas y los sufridos personajes dejan una huella indeleble en la retina y el corazón, estos amores de cantina son los amores que también hemos tenido siempre.

Attila : una ópera inquietante

Sabía que esta ópera de Verdi hace 20 años que no aparecía en cartelera y hoy era una gran oportunidad para disfrutarla, pues cada vez que compro mi abono en el Teatro Municipal intento cubrir aquellas obras que no he podido ver antes.

Esta es una obra especialmente política de Verdi ya que ensambla una historia bélica de Attila, Rey de los Hunos, con la situación de una Italia desunida y en crisis, todo lo cual hace algo caótica la narración pero con un objetivo claro, cual es la unión de Italia y el Risorgimiento, la esperada unificación y la necesidad de cambios en la Italia del siglo XIX.

Se trata de una ópera patriótica y guerrera con la grandilocuencia del poder de las armas y de la convicción de la superioridad. Una historia de poder y desencuentros, en que todos buscan la venganza y sobretodo tener la razón. Una ópera patriótica de Verdi pero que pone a los sentimientos como aspectos secundarios, todo se somete a la lógica del poder y de la prevalencia política y guerrera.

Un montaje formidable, con muchos contrapuntos vocales entre los personajes, que dan una idea de permanente litigio y que al mismo tiempo trasuntan belleza y grandeza de los personajes. No queda espacio para el perdón, los que desde un comienzo son los «malos» terminan indefectiblemente siéndolo, pues la historia define que debe ser así.

Un montaje delicioso, incluso cuando hay un error tras bambalinas y un estruendo notorio dice que algo no funcionó, sin embargo en pocos minutos, todo continúa y ahí se puede constatar que el equipo de producción del Teatro Municipal, tiene oficio.

Una música impresionante bajo la batuta del director Alberto Hold-Garrido y un delicioso coro del Teatro que muestra su mejor factura para acompañar esta obra magnífica.

El uso de imágenes de las revueltas italianas en el cine de Visconti, le dan contemporaneidad a la puesta en escena, pero lo que verdaderamente domina es la idea de un Verdi convencido de una Italia que aún no existe.

 

 

 

Matrimonio malayo : una experiencia inédita

Nunca o casi nunca respondo a las invitaciones a un matrimonio. Nada personal, pero no creo en este constructo artificioso de la sociedad capitalista y católica, eso del ladrillo de la sociedad (versión maniquea de la iglesia católica) siempre me ha resultado un sinónimo de continuidad consumista y funcional de un sistema decadente y en franco y acelerado deterioro.

Salvando todos mis prejuicios y acudiendo a mis cariños por quienes me pidieron participar, hoy rompí las reglas y asistí al matrimonio de dos seres deliciosos, dos malayos que conozco en muchas montañas y que me parecen especialmente adorables.

Temprano el sábado, busqué como podía hacerles un regalo adecuado y de paso elegir como vestir, ya que claramente mis elecciones estarían un poco fuera de foco con relación a las creencias más habituales.

Al final, decidí ser super concreto, escribí una nota con mis verdaderos sentimientos, puse unos billetes  en el mismo sobre como regalo útil y agarrando mi piolet partí a la boda. Llegué temprano, pero para sorpresa mía, ya había bastantes malayos, piolet en mano, esperando a los novios. Debo aclarar que estos novios viven en Polonia y que han venido a Chile solo a cumplir con este rito tempranamente preparado y que me parece especialmente tierno considerando que para Andrea y su familia es especialmente relevante y que para Luis,  es un rito social  para celebrar su amor.

Evidentemente, era imposible que todo el grandioso Club Malayo estuviera presente, ya son más de mil, que va!!. Por eso, estábamos los más viejos y cercanos a esta hermosa pareja que se construyó en muchos ascensos a montañas, en actos de solidaridad como cuando fuimos a Coliumo a trabajar tras el terremoto del 2010 y en tantas aventuras que hemos compartido. Esto explica porqué los malayos trajimos a la ceremonia nuestros  piolets, son un símbolo de lo que nos une y anima.

Debido a mi accidente en julio pasado, hace ya un tiempo que no veía a mis amigos y esta especial reunión fue muy propicia para saludarles y sentirme una vez más en mi entorno. No deja de asombrarme que debido a la enfermedad del padre de Luis, españoles ambos, la familia no podía estar presente y los malayos finalmente oficiamos como la familia del novio. Qué hermoso, ahí estábamos los malayos orgullosos de acompañar a esta pareja preciosa.

Como no acostumbro ir a matrimonios y menos consumarlos, el tiempo se dilató de manera escandalosa y cada minuto duraba horas, sin embargo, todo ocurrió y ahí estaba en una iglesia escuchando el pregón. Debo confesar que el cura resultó muy entretenido, muy inteligente hilvanó sus palabras con inteligencia, no cayó en la estúpida retórica católica y fue simplemente concreto y práctico. Sorprendido salí de esa iglesia, junto a mis compañeros malayos para crear un túnel de piolets con el cual saludamos a nuestra pareja de malayos en su nueva etapa. Todos deseamos que juntos puedan seguir disfrutando la belleza de las montañas, la vida  y los valores que hemos construido al alero de nuestro club.

El siguiente paso fue ir al club de campo en donde se haría la fiesta, en los faldeos de los cerros de La Reina, con una vista increíble (salvo por el maldito smog que opaca todo), nos encontramos nuevamente bebiendo deliciosos aperitivos y mejores appetizers, mientras esperábamos la llegada de los recién casados. Animadas conversaciones y menudas sorpresas también, ya que las chicas malayas vestidas de fiestas se ven más hermosas que en la montaña. Hay que reconocer que hubo bastante producción y que la ropa de montaña normalmente  no resalta la real belleza de estas muchachas.

Este almuerzo estuvo lleno de emociones, desde cuecas bailadas por los novios, pasando por diaporamas y preciosos discursos de familia y amigos, se configuró un rito que parece que habitualmente elijo perdérmelo, sin embargo, esta vez estoy muy contento de haber estado ahí.

Buena suerte Andrea y Luis, les deseamos lo mejor y que esta cordada que han creado y jurado para toda la vida, los lleve por muchas montañas y aventuras siempre bajo los principios y valores que todos los malayos compartimos.

Xile : la historia contada por los pobres muertos

Es la primera parte de una peculiar obra en tres entregas de Marco Antonio de la Parra y ahí estábamos sentados en el GAM esperando que comenzara. Una plataforma de madera crujiente como escenario, unas coloridas cortinas con la sencillez y precariedad de un circo pueblerino, un rincón con instrumentos musicales y de pronto el silencio. Caen las luces y con el apoyo musical de un piano musical, hacen su aparición los zombies, los muertos de miedo, los muertos de hambre y todos los representantes de la marginalidad, quienes aún estando muertos vienen a contar su historia con el miedo que lleguen los pacos, temor que recordarán periódicamente durante el transcurso de la obra, gracioso y significativo gesto.

Es la historia de Chile que no gusta, la parte oculta pero real de un país construido sobre la base de la injusticia, del abuso de poder, de los pocos con mucho y la gran mayoría con poco o casi nada. Para conseguir hacer digerible esta historia dolorosa, Cicret (Centro de Investigación y Creación Teatral) bajo la dirección de Raúl Osorio Pérez, acude al tremendo talento de los actores, artistas formidables, todos actúan, cantan y bailan haciendo entretenido y emocionante todo su trabajo.

Comienza con la llamada Independencia de los españoles, que no sería más que un acuerdo de pocos para quedarse con un terruño y explotar a la mayoría, aparecen los asesinatos de Los Carrera y de Manuel Rodríguez, hitos requeridos para consolidar el poder de un director supremo, otrora convertido en héroe nacional según la historia oficial. Avanza hacia los intentos de crear orden de un Diego Portales y  un nuevo texto constitucional; la seguidilla de matanzas de obreros y campesinos; las arengas de poetas e iluminados liberales que creían en un mundo más justo; la guerra contra Bolivia y Perú cuya victoria fue conseguida con los mismos rotos que despreciaba la oligarquía y que usó para quedarse con el salitre que los dueños de Xile requerían;  la sangrienta orden de Montt con la matanza de Santa María de Iquique, un intento de aleccionar a la plebe que ponía en riesgo la tranquilidad de los dueños del salitre al costo de miles de personas ametralladas; el rol de Luis Emilio Recabarren y llegando hasta la época de Alessandri Palma, el león de Tarapacá quien enfrentó junto a su perro Ulk el «ruido de sables» de un ejército que reclama mejoras salariales  por hacer el trabajo sucio de gobernantes y los ricos dueños del país. Concluye esta primera parte de la trilogía, con los 5 disparos en el corazón que sellan la vida de Luis Emilio Recabarren, obrero, periodista, activista y diputado, un suicidio poético de un ser ya lleno de desesperanza.

Fuerte historia, pero bien sustentada pues sino la creen, lean el libro Los Mitos de la Democracia Chilena de Felipe Portales, un texto irrefutable y perfectamente documentado sobre la verdadera historia de este país de muertos vivientes.

Una obra imperdible y ya estoy ansioso por ver las dos partes que aún no se muestran. Viva el teatro!!!

 

Winnipeg : un recorrido por la solidaridad perdida

Ir a un estreno de una obra que no llene el teatro me parece algo muy extraño. Pero sucede que estamos hace 10 minutos sentados en el teatro, con la hora de comienzo sobrepasada y falta gente. Es cierto que ya hubo una presentación inicial en Valparaíso y otro estreno con amigos antes de esta ocasión, pero me sigue pareciendo raro.

Un escenario mínimo en el anfiteatro del M100, todo presagiaba que el juego se sustentaba en los actores, la historia y todo lo demás. Cuando parte la obra, parece tan mínima tan humilde que comenzamos a ser cómplices poco a poco. Al abrupto fin de la guerra civil española, cuando los fascistas llegan al poder en manos de un Franco, pro-nazi sin escrúpulos, muchos republicanos debieron marchar al exilio, combatientes, ayudistas y otros que tenían la esperanza romántica de otro mundo. Finalmente convergen en campos de refugiados en Francia, en donde son tratados como prisioneros de guerra y sin ninguna esperanza de volver a ser libres.

Ahí aparece el sorprendente rol de Pablo Neruda, poeta militante, quien usa sus influencias en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda para hacer realidad un rescate epopéyico, un barco que sacara a un conjunto seleccionado de refugiados españoles para traerlos a Chile. Hermoso y discriminador proceso, algunos serían beneficiados con un nuevo destino para sus vidas. La consigna, traer a Chile mano de obra calificada, gente que no pensara (intelectuales y artistas por ningún motivo), pero Neruda tuvo la sensibilidad y cordura suficiente para dejar pasar a portentos artísticos que hoy nos enorgullecen, Balmes, Roser Bru no son casualidad.

Un viaje en barco en condiciones límites, incluido el nacimiento de una bebe de nombre Winnipeg, son parte de este periplo glorioso, una joya de la solidaridad que en Chile forma parte de los discursos pero muy poco de la realidad.

Hermosa música, grandes actuaciones y especialmente un apego sorprendente a la historia. Es una obra imperdible, linda y emocionante, nos hace cuestionar nuestro presente, existió un gobierno que creía que educar era la forma de gobernar. Educación de calidad y gratis para todos era un propósito del estado Chileno. Qué pasó entremedio, las leyes del mercado hicieron olvidar todo?, cuando Chile dejó de pensar en el país y se dedicó a satisfacer a las élites?. Esta obra cuestiona el fondo del asunto y por eso es interesante.

Es emocionante pensar que Chile acogió con ternura y benevolencia a más de 2 mil refugiados españoles que pensaban que el mundo podía ser mejor y finalmente, hemos construido un país mucho menos promisorio que esas buenas ideas, la oligarquía se las ingenió para hacer de Chile un laboratorio de las expresiones más salvajes del capitalismo financiero sistémico, una muestra de como se puede generar diferencias escalares entre los seres humanos, un país donde es posible hacer convivir diferencias vergonzosas y que sean legales.

Ojalá muchos vean esta obra, es deliciosa y sobretodo hace pensar sobre nuestra realidad, acaso somos el país que proclamamos ser?

 

Un nuevo Krrtrekking para disfrutar la ciudad (lo que queda)

Tras un lamentable accidente que sufrí en una competencia de MTB, he debido permanecer en la ciudad, encerrado en santiasco, ya que no tengo habilitado para otras correrías mi brazo derecho. Sin posibilidad de ir a la montaña ni andar en cleta, la opción es caminar, caminar tanto como pueda y eso igual lo disfruto sin ningún pesar.

Esta mañana desperté con ganas de caminar mucho, necesitaba sentir que quemaba calorías, stress y esos pensamientos que el cansancio laboral y los recuerdos que a veces despiertan y que no hacen bien.

Cargué mi cámara y otros accesorios y comencé el viaje hacia el MAVI, el museo de artes visuales en barrio Lastarria, una exposición deliciosa llamada El Progreso del amor de José Pedro Godoy me dio la bienvenida. Una delicia de sensualidad y erotismo en piezas magníficas y que juegan con el imaginario del ser humano y de toda la naturaleza en permanente ejercicio del amor. Recorrí además una variopinta muestra de arte de los 90 con diversos autores colaboradores del proyecto MAVI.

Los pasos siguientes me llevarían directo al Museo de bellas Artes, MNBA, mi museo favorito desde el fin de la dictadura, donde siempre encuentro algo notable para disfrutar. En esta ocasión, las revisiones históricas que solo este museo puede hacer dada la gran cantidad de obras que almacena, además una nueva revisión a la sorprendente muestra del arte de Gonzalo Mezza en el subterráneo.

La siguiente estación de este krrtrekking era por supuesto, el MAC en donde lentamente recorrí la nueva exposición de esculturas en el primer piso, las sorprendentes y potentes fotografías de Andrés Racz en el zócalo. Qué vida la de este artista comprometido!!

Continuando la caminata, me fui hacia el Centro Cultural Estación Mapocho en donde se encontraba una muestra impresionante de maquetas de arquitectura basada en madera, decenas de proyectos para los lugares más insólitos, con miradas ecológicas, pensando en el bienestar holístico que pocas veces se logra en la realidad. Me encantaría que esos proyectos se construyeran y dejarán de ser solo buenas intenciones.

Esta incursión al viejo edificio me permitió hacer una exquisita sesión de fotografías resgistrando la belleza de la construcción de fierro que sostiene este monumental edificio. Les dejo el link para que lo disfruten.

Concluido el paseo por los museos, comencé a acercarme hacia el cerro San Cristóbal, mi oportunidad para hacer un ascenso. Caminé zigzageando por el barrio Recoleta, el barrio Bellavista (tomando algunas fotografías de arte callejero) y llegué a la entrada Pío Nono para comenzar a acercarme al sendero Zorro Vidal a partir del cual en 20 minutos llego a la cumbre del cerro San Cristóbal. Es curioso, pero en cleta hago el mismo tiempo hasta la cumbre por la entrada de Pedro de Valdivia Norte. Una delicia de paseo!!

En la cumbre, exigí (bueno, compré) mi premio habitual, un jugo de mote con huesillos que disfruté lentamente mientras miraba detrás del smog la extensa ciudad y secaba al sol mi transpiración. Tras un tiempo prudente, el hambre comenzó a aparecer en mi mente y cuerpo, por lo que decidí que mi destino final sería la sandwichería Ciudad Vieja, un sitio pecaminoso de Bellavista porque es defintivamente irresistible.

Instalado en la Ciudad Vieja, busqué en la carta el más sabroso de los sandwiches y ese, a no dudar,  era un chivito, algo que conocí en Uruguay y que se me hace agua la boca cuando lo recuerdo. Pan frica, lechuga, mayonesa, un bistec de vacuno, pepinillos, jamón, un rico huevo frito, tocino y queso derretido. Una sana diversión, ni tanto pero demasiado rico!!!

Buen paseo, ya vendrá otro.

 

Capperi : nueva opción en Barrio Italia

Cada día que pasa este hermoso barrio Italia concentra más y más filetes, no solo en diseño, muebles y artesanía, sino que nuevos sitios para comer rico y con ese ambiente tan especial que tiene el sector.

Esta noche caminamos la húmeda noche directo a este restaurante que tenía en mi lista de favoritos por descubrir desde mayo y nos instalamos en la mesa con mayor espacio a su alrededor, cerca del patio. Unas chicas preciosas atendían y muy amablemente nos dieron la bienvenida y acercaron las cartas para que eligiéramos nuestra cena.

Comenzamos con un pisco sour con albahaca y mi frecuente kir royale que acompañamos con un sorprendente appetizer llamado suppli, unas bolitas sabrosísimas que nos abrió el apetito y confirmó que iríamos para los fondos por la especialidad italiana, una pizzas a la romana.

Una pizza Mediterránea y otra al queso azul que acompañamos con un Carmenere Tabalí reserva formidable, nos dio la confirmación definitiva acerca de la exquisita impronta del chef. Delicias!!!

Buena música, hermosa decoración por la cuidada simpleza y añadido a la buena onda de las hermosas chicas que nos atendieron diligentemente, fue un enorme placer.  Por otra parte, la casa es enorme y hay un cuidado muy especial en mantener su look antiguo pero de todas formas delicadamente cool. Un sitio encantador.

Para cerrar la tentación de probar el helado de pistachos nos venció y por supuesto que valió la pena. Tras el rico café expresso, nos retiramos con la certeza que volveremos.

Gran aporte al barrio Italia!!