Peumayen : fusión ancestral y gourmet deliciosa

Caminando en busca de un sitio en donde almorzar tarde tras un rico paseo a la precordillera, encontramos un nuevo restaurante en un sitio que solía ser una oficina en el barrio Bellavista. Hace un par de semanas abrieron a público aunque no cuentan aún con la patente de alcoholes, pero ello no fue obstáculo para disfrutar una de las mejores propuestas gastronómicas del último año.

Una gran casa de dos pisos a la cual dejaron los ladrillos a la vista en un toque rústico, recuperaron las buenas maderas y añadieron más para crear un territorio de sutil elegancia pero manteniendo esa reminiscencia de lo simple y autóctono. La música claramente étnica, con mucho condimento sureño y aires mapuches. De hecho, el vocablo Peumayen significa «lugar soñado» en mapudungun.

Un tarde con una temperatura de infierno nos hizo elegir sin dudar la terraza interior, un acierto delicioso pues tenía sombra y una escurridiza brisa que acompañada con un refresco a base de chicha morada y menta, poco a poco nos permitió comenzar a disfrutar. Con tanto calor además pedí un jugo de sandía, pera y algo más todo muy helado, impagable la sensación de frescura.

Muy bien atendido por un muchacho que mientras elegíamos nuestros platos, trajo unos appetizer de atún sellado y pera y luego nos hizo llegar la panera, que por cierto mas bien parecía una muestra de degustación con muestras de todas las regiones de Chile incluyendo Isla de Pascua. Ahí comenzamos a sorprendernos, recién comenzábamos el almuerzo y ya habíamos disfrutado muchos sabores además muy bien presentados.

La entrada fue en formato de degustación, pequeñas porciones con delicados sabores y toques de finas hierbas, una verdadera construcción artística y de inolvidables sabores. probamos desde un roast beef, pasando por una lengua de cordero, un anillo de conejo y hasta pulpo apanado usados como base de unas refinadas y pequeñas muestras de sabores chilenos.

Para los fondos elegimos una merluza austral con costra de cilantro y avellanas sobre un guiso de jaiba y para mí un salmón sobre una pastelera de choclo y una suerte de pebre con trozos de frutillas. Antes de llegar estas maravillas, el mozo nos hizo neutralizar los sabores con unas bolitas de hielo con trigo y naranja, perfecta sensación.

Como una atención del local, nos regalaron una copa de vino, ya que no pueden venderlo aún, pero se agradece la delicadeza y nos quedó claro que el chef, uno de los dueños del local, sabe crear experiencias disfrutables en sus clientes.

Al terminar nuestros fondos, nuevamente nos deleitaron con ese sorbete de trigo y naranja para neutralizar sabores, mientras ordenábamos el postre, otra degustación de sabores de todas las regiones del país. Pequeñas porciones de helados diversos incluyendo uno de sandía, plátano frito con quinoa pop, un bombón de chocolate, chapalele con chancaca, un postre pascuense y un galletón exquisito. Un verdadero festín de sabores que acompañamos con una cafetera al estilo francés para ponderar el negro café que cerró nuestra fantástica incursión en este lugar.

Saliendo del lugar, conversamos con el chef, un robusto argentino (curioso que cocine comida ancestral chilena y tan bien) quien nos habló muy orgulloso de su emprendimiento y que nosotros estamos seguros les debería ir muy bien.

 

Nueva entrega de filetes del #Stgoamil

Esta semana continué mis incursiones disfrutables por el teatro en este mes de enero de locura, como suele ser la programación cultural de Santiasco. Insistiré hasta el cansancio, que no es posible que solo en enero (un doceavo del año) se concentre lo mejor del espectáculo posible de ver, hay tantos días en que no hay nada, que me apena este exceso.

Comencé con una obra nacional llamada Juan Cristóbal casi si al llegar a Zapadores, una historia que une las historias verdaderas de dos mujeres de unos 70 años que son las abuelas reales del director. Una historia que se cuenta por medio de anécdotas, recuerdos que se van plasmando en stickers en una muralla, objetos y ropajes que van formando un museo de cada una de las protagonistas. Relatos cotidianos y algunos vídeos y ropajes que le dan potencia a la cotidianeidad de tantos años de vida que finalmente convergen en la constitución de una familia. Una obra tierna, llena de realidades que podemos reconocer y de casualidades que nos pueden asombrar.

No esperaba ser sorprendido esta noche, pero Salves una obra francesa de danza teatro logró fascinarme. Un escenario oscuro por el que se cruzan historias y bailarines en una frenética búsqueda de la reconstrucción del presente pero ligada indefectiblemente al hilo del pasado. Un recorrido histórico que no es más que el relato del emocionar, de la persistencia y del devenir humano. Fascinante el trabajo de cada protagonista, bailarines, iluminadores, sonidistas y cuántos estaban ocultos en las sombras para hacer que no quisiéramos pestañear siquiera para no perder algo de esta maravilla.

Pensaba que la poesía normalmente estaba bien representada  en los textos, pero esta obra de Nueva Zelanda llamada Birds with skymirrors, logró mostrarme que la danza podía ser mucho más expresiva. La obra es un clamor por la vida que se extingue por el cambio climático y la acción destructora del hombre. Los vestidos negros en un escenario de fondos negros, los movimientos como si fueran pequeñas aves atrapadas en la suciedad del mar, el clamor gritado desde la profundidad, todo pensado como una verdadera protesta por la vida y por la belleza que sucumbe a diario.

Está muy bueno este enero lleno de Santiago a Mil.

 

Nueva visita al BocaNariz : deliciosa experiencia

A mediados del 2012 visité por primera vez este rico lugar y moría de ganas de repetir la incursión. Esta noche fue propicia en tiempo y compañía para poder asistir a una nueva sesión de degustación. Cabe destacar que no teníamos mucho hambre pero ganas de disfrutar de todas maneras.

Elegimos una Ollita de corvina para compartir, un plato sorprendente que sería especial justificación para los vinos que habríamos de probar. Pedimos una variada selección de copas de degustación de cepas tintas carignan, syrah, cabernet franc. De lo que recuerdo, eran cepas de las Chilcas Single Vineyard, Santa Carolina Barrica Selection, Syrah Koyle Royale. Todas fantásticas y afortunadamente apropiadas para el plato que compartimos.

Aprovechamos de probar postres y pedimos un Crumble de manzana y unasFrambuesas al vino, postres que acompañamos con una buena copa de late harvest Tabalí reserva, una maravilla!!!

Sin mucho más que exigir dado el placer recibido, solo cerramos con un buen café negro.

 

Pinpilinpausha, siempre una gran opción

Después de disfrutar un gran filete de teatro del Santiago a Mil, nada es mejor que ir a un restaurante a conversar y disfrutar. Esta noche fue una de esas ocasiones y tras abandonar el teatro nos fuimos a buscar un buen lugar en el barrio Isidora Goyenechea. Tras descartar  los lugares bulliciosos, los cargados a la fritura y los feos (siempre hay), concordamos que sería bueno comer a la española.

Como teníamos declarada hambre, debíamos consumir una buena entrada. La elección fue sencilla, Locos con mayonesa y salsa verde y un plato de Camarones crocantes envueltos en zuccini y salsa thai. Una maravilla que disfrutamos con los tragos de aperitivo!!!

Pära los fondos nada mejor que un  Filete vacuno con salsa oporto acompañado  de papas fritas y un Spagheti a la española, un plato de fideos con queso manchego jamón serrano y champiñones, ambos deliciosos!!

Acompañamos el deleite con un Cabernet Franc Valdivireo 2008, una amplificación virtuosa de los sabores de nuestra cena. Qué rico!!

Para los postres, dudamos en la oferta pero finalmente salió un Sorbete limon de pica y una Luna Llena (drambui, helado vainilla y jugo naranja que solo esperaban el cierre con unso buenos Cafes negros.
 
Buena cena y excelente servicio en este recorrido lugar.

Dos obras para comenzar la temporada del Santiago a mil

Comienza Enero después del fallido fin del mundo y comienza el mejor carrete cultural de Santiasco. Me refiero a la increíble programación de teatro, danza, ballet y música que trae el Santiago a Mil. De hecho, hoy voy a comentar dos obras que marcan mi inicio en esta versión 20 (veinte años!!!) de esta fiesta cultural.

La primera obra corresponde a a una adaptación de Alfredo Castro de la obra original de Eugene O’neill llamada Distinto, que se mostró en el  Teatro Municipal de Las Condes. Llegamos sin grandes pretensiones pero convencidos que sería una buena obra dada nuestra experiencia con el trabajo de Castro. Extraordinaria la obra, la tensión sexual de los personajes y las volteretas estúpidas de la mente y del comportamiento humano se evidencian de manera muy clara. Una historia de amor marcada por la brutal incapacidad de Emma de amar y la torpeza imperdonable de su amante que la espera 30 años para que aparezca la madurez que jamás llegaría. De alguna forma me hizo pensar en que muchas veces esperamos de la pareja cosas que jamás serán capaces de dar y malgastamos la vida en dicha espera. Definitivamente la obra me gustó, me mostró que en actos de amor podemos ser demasiado enfermos.

La siguiente parada fue una obra de danza moderna, Travelogue I Twenty to eight (Diario de viaje I – veinte para las ocho) en el Teatro Municipal de Santiago, una pieza de la heredera de Pina Bausch, llena de erotismo y sensualidad en donde los objetos cotidianos se transforman en artefactos de significados como correlato natural del virtuoso despliegue físico de los artistas. Hay mucha histeria y convulsión erótica no resuelta que los bailarines hacen notar en cada momento y que finalmente hablan de la cotidianidad humana y con todos sus defectos.

Santiago a Mil, comienza y promete mucho. He elegido 14 espectáculos que me ocuparán todo el mes de enero y que espero sean puro goce.

 

Celebrando cumpleaños en Confitería Torres

Un amigo con más de 20 años de amistad es algo que hace necesario celebrar su cumpleaños y como corresponde elegimos un lugar filete para almorzar juntos y aprovechar de conversar harto. El lugar elegido, la deliciosa Confitería Torres, el clásico del centro de Santiasco y también de esta celebración. Me sorprendió la cantidad de gente que ocupaba el lugar, de hecho, debimos esperar por una mesa y es primera vez que me ocurre en este lugar.

Partimos con unos Kir Royales mientras cada cual se entusiasmaba con alguna de las delicias estándares del lugar. Bueno, no hay donde perderse, el cumpleañero se fue con un filete a la pimienta acompañado con un puré de garbanzos y yo elegí mi eterno preferido, el filete al cilantro acompañado de una pastelera deliciosa. Cómo si fuese un deja vu, nuevamente nos encontramos con mi amigo de montaña con quien nos dimos un gran abrazo y me recordó que hace un año que no visitaba este lugar.

Para acompañar estos deliciosos platos, encontré en la carta un filete. Se trató de un Doña Paula Malbec 2008 de Mendoza que resultó una sorpresa deliciosa y que nos sirvió para brindar por tantos años de amistad.

Para los postres, me fui por una delicia tradicional chilena, un Huevo chimbo mientras mi compañero eligió un Turrón de  almendras. Postres maravillosos que fueron bien acompañados por el Café, aunque mi amigo toma café instantáneo, lo que en mi opinión jamás sed compara con uno de grano que destila bien negro su sabor como corresponde.

Gran almuerzo de celebración, hace tiempo que no podía dedicar un tiempo a quebrar una jornada laboral extenuante con algún disfrute prolongado.

 

Peperone : una opción sabrosa

Ubicado en la entrada que lleva por Chucre Manzur hacia la casa chascona de Neruda y los galpones, hace un año aproximadamente se instaló un pequeño café pizzería muy fashion. Ambientado con muebles antiguos, muchos objetos y buena música, es una opción que esta noche no quise desechar.

El lugar es sencillo y al mismo tiempo pretensioso, la carta es muy simpática pues cada pizza tiene nombre propio. La primera que me tentó fue la Maxima Eliana, con salsa tomate, mozzarella,  filetes de anchoa, alcaparras y aceite al ajo pero no habían anchoas. Así que decidí cambiarla por una Roberta Andrea, compuesta por salsa de tomates, queso de cabra, champignones, pimientos acaramelados y pesto. Al mismo tiempo, exploré la carta de vinos, pequeña pero suficiente para encontrar un Carmenere Las Mulas de Miguel Torres reserva 2011, combinación apropiada para disfrutar la exquisita pizza a la piedra.

El sitio muy tranquilo, bien atendido y con una selección de Jazz en los parlantes que me fascinó todo el rato. hay una gran voluntad gourmet y el lugar promete. Volveré.

Ascenso al cerro El Plomo : una nueva revelación

Si bien esta es la tercera vez que voy a este mágico cerro de la Cordillera Central, nunca le había encontrado tanta belleza y sentido como esta ocasión. Junto a mis queridos amigos malayos, fui invitado a «última hora» a este paseo y gustoso acepté el desafío a pesar no no haber entrenado ni aclimatado para nada. Mi mayor altura de las últimas semanas fue el Salto de Apoquindo, bello y caluroso lugar, que por cierto no genera ninguna ventaja para ir a las alturas.

Como soy un entusiasta a toda prueba, me inscribí para el desafío y a las 21 horas del día anterior me encontraba comprando provisiones en el supermercado más cercano a mi hogar y marcando los despertadores (no sirve solo uno) a las 7 de la mañana del sábado. Puntualmente, pasaron por mí una pareja adorable de malayos con quienes anotamos muchas salidas disfrutables por varios años. Juntos, nos fuimos al punto de encuentro, en donde antes de 10 minutos (una regla malaya) estábamos todos los participantes de esta cumbre de fin de año.

Un total de 15 malayos en 5 vehículos 4×4, rumbo a Tres Puntas en Valle Nevado. Tras la firma del registro en el custodiado acceso de Valle Nevado, comenzamos la aventura. Se nos unió la «abuela atómica», una abuela deliciosa que es un ejemplo para cualquier persona de más de 70 años, una prodigiosa mujer que ama las montañas y tiene el físico para recorrerlas sin aspavientos. Cargamos las mulas con lo más pesado del equipamiento y partimos alegres por Piedra Numerada hacia nuestro destino, la Hoya en la base del imponente Cerro El Plomo.

Armamos campamento tras varias horas de caminata y la constatación de un numeroso grupo de carpas de montañistas que seguramente tenían el mismo objetivo nuestro, despedir el año 2012 ascendiendo esa maravilla de cerro.

El clima se presentaba auspicioso, luna llena y despejado, el frío bastante aceptable y las ganas a todo vapor. Nos fuimos a dormir a nuestras carpas temprano, ya que a las tres de la mañana deberíamos despertar, desayunar y salir a las 4 rumbo a la cumbre.

Todo salió según nuestros planes, excepto por el aviso que nos da por radio nuestra abuela Eliana, quien presenta algunos síntomas de alta presión provocada por un remedio para el asma. En fin, sabemos que ella es quien tiene más cumbres de este cerro y por algo se restringe. El resto, iniciamos la aventura, caminando por el sendero iluminados con nuestros frontales y las ganas de llegar a la cumbre. La vista de Santiago iluminado en la madrugada es impresionante, tanto como la presencia del primer hito en el camino, el refugio Agostini, que los malayos ayudamos a reconstruir tiempo atrás. En medio de la madrugada, solo escuchamos nuestros pasos y el jadeo de nuestra respiración.

Cuando llegamos a la pirca del Inca, ya sabíamos de dos de nuestros compañeros que presentaban nítidos síntomas de puna y aunque porfiaban por seguir, por radio les pedimos que abandonaran, el Plomo permanecería ahí y no valía la pena seguir el ascenso sufriendo. Por suerte. lo entendieron tras muchas conversaciones por radio, y el resto nos dispusimos a seguir. Unos preparando el paso con crampones por el glaciar y otros remontando el camino tras el proceso de convencer a los «apunados» de detenerse.

Estuvimos un largo tiempo en este impasse, ya que debe entenderse que cuando hay puna no hay mucha razón, y el proceso de convencer es lento. Cómo sea, una parte del grupo cruzamos el glaciar e iniciamos la compleja subida del último tramo hacia la cumbre.

Cómo fui uno de los que esperé la llegada de los rezagados, el último tramo hacia la cumbre fue en solitario y tamaña fue mi sorpresa cuando en ésta, encontré a tres parejas de malayos que son matrimonios y que ostentan más de 26 años de matrimonio cada uno, dos de ellas 29 años casados, que maravilla!!. No pude dejar de admirar esta admirable coincidencia, parejas de tantos años juntos que gozan como adolescentes el hacer una cumbre juntos. Mi admiración eterna para ellos, la tierna Nilda con el «Sir»  Roberto, la sorprendente Claudia con el portentoso César y la increíble Natalia con mi buen amigo Ricardo, todos con frío (inevitable en la cumbre de El Plomo), junto a los otros que llegamos a acompañar este disfrute maravilloso.

Tras una hora de espera en la cumbre con la esperanza que llegaran los rezagados, decidimos que era mejor bajar pues el frío era muy notorio y nos haría mal.

Ya de vuelta al campamento en La Hoya, la mayoría decidió dormir un rato para recuperar fuerzas. Por radio mantuvimos el contacto con el grupo que seguía bajando y calculando los tiempos, comenzamos con mi amigo Ricardo a preparar un cóctel con todas las delicias improvisadas que todos portan en sus mochilas. Así, teníamos quesos brie, ahumado, azul, camembert, embutidos de diversos sabores, salamés, chorizos, galletas de navidad, diversos queques navideños, pastas de untar, salmón, jamón ahumado, buenas botellas de vino y hasta un buen vodka polaco. Una verdadera bacanal completamente improvisada, lo cual pone de manifiesto la voluntad disfrutable del grupo.

Ya todos reunidos, gozamos hasta el hartazgo tantos ricos sabores, llenos de alegría por este lindo paseo y que para varios significó su primera cumbre en El Plomo. Llenos de gozo nos fuimos a dormir, una noche de vientos salvajes y frío glaciar, pero nada opacaría tanta buena onda y así fue. Nota aparte son tres hermosos perros que nos acompañaron durante toda la travesía, se acoplaron s nosotros en Federación y nos acompañaron hasta la cumbre, volvieron y cenaron con nosotros y por si fuera poco nos llevaron de vuelta hasta Tres Puntas. Qué lindos!!!

La mañana, tras una noche de mucho viento y frío, fue propicia para desarmar campamento y organizar el regreso. Luego de dejar nuestro equipaje pesado para las mulas, iniciamos el regreso por Piedra Numerada, un viaje vertiginoso hacia Santiago antes que acabase el año.

Qué buen paseo y que increíble festejar con tres matrimonios con casi tres décadas juntos, una maravilla irrepetible!!!

Dejé fotos para amplificar el gozo y recordar a mis queridos amigos.

 

Cenando en Nolita : una experiencia exquisita

Desde agosto que no regresaba a este rico y ecléctico  lugar del boulevard  Lastarria 70, pero ya era hora de regresar. Por tratarse de un día de semana en que pocos salen a cenar, no hice reserva y corrí el riesgo. Estuvo bien, había espacio y precisamente en la terraza, algo que me gusta especialmente en estos días y noches calurosas.

Cómo es habitual en este sitio, inmediatamente pedimos dos copas de espumante, el aperitivo por antonomasia y comenzamos a revisar la interesante carta para buscar algo novedoso. Mi acompañante seleccionó un Tortelloni Nolita, esto es, un tortelloni relleno con ricotta batida huevo pochado junto a una  suave salsa de crema y vino blanco con aromas a laurel. En cambio, yo preferí el Lechon mediterráneo compuesto por medallomes de lechón en cocción lenta con salsa de tomates,  aceitunas, pimentón rojo, zapallito italiano, cebollas, berenjenas y trozos de papas aderezado con aceite de olivas y tomillo. Unos platos fantásticos y que además preparan en un tiempo increíblemente breve.

Para acompañar nuestros platos, elegí de la carta de vinos un Toro de Piedra. un ensamblaje de Syrah y Caberbet Sauvignon, delicioso!!. Una cena impecable que disfrutamos lentamente bajo las estrellas.

Para los postres Caramel  y un Ciocolatino, además del café negro de siempre. El Nolita es una apuesta segura!!.

Celebrando como excusa en Park Lane

Hace ya un tiempo que no me juntaba con una gran amiga, quien por lo demás fue mi asistente ejecutiva por años, lo cual me dio una buena excusa para juntarnos a propósito del día de la secretaria (algo nada que ver con su trabajo actual).

A la hora señalada, pasé por ella a su trabajo y nos fuimos caminando a un lugar delicioso que no visitaba desde septiembre. Estaba muy lleno, pero el maître muy amable lo resolvió en pocos minutos. Partimos revisando la carta y pidiendo al paso unos ricos kir royale para brindar por el encuentro.

Si bien posee un bufet muy interesante desde hace un tiempo, preferimos pedir a la carta según el instinto del momento. De esta forma, mi amiga recibiría un plato de Costillar cerdo barbecue con toques de vainilla acompañado de papas gratinadas con queso cheddar, mientras que yo me moría por probar un Filete res relleno centolla a la grilla con rollitos vegetales cubiertos masa egg roll y toques de aceite de sésamo. Estos apetitosos platos combinarían fabulosamente con la botella de malbec. Reserva 2011 de Apaltagua originado en el valle del Maule.

Conversando y almorzando lentamente disfrutamos la exquisita cocina de este restaurante y cuando llegó el momento de los postres, de puro golosos, pedimos unas trufas fritas y unas papayas flambeadas, además del café negro de costumbre.

Este sitio tiene elegancia, buen servicio y sobretodo una gastronomía depurada que invita a re-visitarlo una y otra vez.