Como en Lima : nuevo sabor en Ñuñoa

Tras una buena sesión de teatro, llegamos a este lugar que a la distancia nos parecía especialmente interesante. Una noche muy fría que nos hacía pensar en un lugar suficientemente cálido y de buen gourmet para disfrutar un buen rato, ese rato es el que más disfruto, cuando intercambiamos opiniones acerca de la obra que vimos y hacemos conexiones azarosas con muchas otras sesiones de teatro que hemos visto juntos.

Efectivamente el sitio tenía la temperatura adecuada y nos animamos de inmediato para pedir mi agua mineral y ese deseado pisco sour de mi partner. De la carta menú, se asomó inmejorable un chicharrón de camarones para esos prolegómenos deliciosos.

Para los fondos, nos dimos algo más de maña y tras interrogar al atento mozo, decidimos por un salmón con miel y maracuyá y una reineta ComoEnLima, la marca de casa. Tremendos y hermosos platos que acompañamos con un Montes Selection reserva carmenere que inesperadamente combinó de maravillas.

Tanta conversación y rico placer gastronómico nos condujo inevitablemente al postre, pero incapaces de abordar el desafío, decidimos compartir una deliciosa torta Tres leches junto al café.

qué buen lugar!!!

La Anarquista : una obra compleja e impecable

Llegamos a esta obra por un azar del destino, ya que íbamos ver otra y una equivocación de FITAM nos regaló esta inesperada  oportunidad. Tras percatarnos del error, opté por lo sano y mirando la cartelera elegí la obra que comenzaba en 20 minutos más.

Esta es la historia de una anarquista condenada por asesinato, quien durante toda la obra realiza el mejor esfuerzo que es capaz para obtener,  tras años de cárcel, su libertad condicional en un encuentro, un duelo ideológico formidable. con su carcelera.

Texto sobre texto, se ventilan las estrategias de sobrevivencia de la presa frente al desequilibrio evidente de poderes con su carcelera y sobretodo la contundencia del status quo, lo que es correcto y lo que no lo es. Hay un enfrentamiento ideológico tremendo en donde la religión forma parte del discurso redentor pero que no es aceptado como argumento, no puede haber conversión religiosa de una anarquista.

Paulina García y Coca Guazzini, son las tremendas actrices enfrentadas en este escenario mínimo que rememora una suerte de salón de interrogatorios inmenso, comunicado al exterior por un teléfono de pared y que salvo por algunas sillas, un surtidor de agua y un escritorio, nada más sostiene la historia que no sean los profundos diálogos entre la anarquista presa y la interrogadora implacable que debe definir si la supuesta conversión de la «asesina» es materia de un indulto.

Basada en una historia real de una anarquista condenada por asesinato, que en prisión se convierte al cristianismo. Es un enfrentamiento a golpes de textos con objetivos contrapuestos, salir de prisión versus condenar a una asesina que no merece redención. No hay tregua, cada minuto es la oportunidad de golpear al adversario con una pregunta, con una duda que permita hacer aflorar la «verdad». De hecho, el momento clave es cuando el discurso enfrenta el momento recordado en que la anarquista decide matar al guardia armado, con la reflexión «él pudo usar su arma». La honestidad descarnada concluye la batalla.

 

ProBoca : una sorpresa en Ñuñoa

En la búsqueda permanente de lugares disfrutables, esta noche nos encontramos con un nuevo sitio que ocupa el lugar de un restaurante del cual tengo buenos recuerdos. Me refiero al Doña Inés que claramente desapareció para dar vida a Proboca, lugar que probaríamos hoy.

El espacio físico se mantiene francamente inmodificado, prevaleciendo el color blanco y una distribución espaciosa de las mesas, lo cual es de mi especial agrado. Una rápida atención, lo que siempre agradezco, para iniciar con una cata de los pisco sours del lugar. Buenísimos.

Acompañamos el aperitivo con unos deliciosos trozos de pulpo grillado que estaban de campeonato, mientras nos preparábamos para los fondos. Hay que hacer la reflexión obvia si ya es posible sorprenderse con un nuevo sitio de gastronomía peruana habiendo decenas y la mayoría muy buenos. La verdad es que si me gusta sorprenderme y creo que seguiré probando por un buen tiempo.

Platos basados en pescado y esos deliciosos aderezos peruanos que le dan el toque maravilloso que nos hace volver una y otra vez a disfrutar comida peruana. Una buena botella de pinot noir fue la agradable compañía para esta cena exquisita.

Esperamos volver en otro momento a explorar más sabores ya que el sitio tiene todo lo necesario para seguir sorprendiendo.

Una relación pornográfica : una obra inquisidora

Tener a Cecilia Roth y Darío Grandinetti en Chile es un lujo para el teatro chileno y queda de manifiesto cuando entre la audiencia se encuentra a más actores chilenos que público en general. No nos conocemos es la consigna.

Un anuncio de contactos sexuales lleva  a esta pareja a encontrarse en un lugar cualquiera para cumplir una fantasía sexual, sin compromisos, sin historia y sobre todo sin consecuencias.

Tener buen sexo es algo maravilloso y no tengo disputa, pero esta relación avanza poco a poco en la incertidumbre, en la inevitable duda de saber del otro, de adivinar esos porqué e incluso esos para qué, que convierten la relación en una prueba constante de esa relatividad que inunda a estas parejas de arrabal, estos intentos de libertad y locura que se topan con las creencias y esos arraigos históricos, creencia después de todo, que hacen que no haya escapatoria para sentirse enamorados, sentir que hay algo más y que llaman al tormento y al temor de no ser correspondidos porque se supone que no debe ocurrir.

Formidable actuación de ambos argentinos y una lección para nuestra limitada mirada acerca de las relaciones amorosas, porqué debemos corresponder a los deseos de otro?, para qué nos relacionamos si no tenemos propósitos propios?, debemos seguir el ritmo de la música que pone el entorno o no?. El desenlace, inteligente por lo demás, provoca al espectador a considerar que lo deseable, lo correcto, quizás no lo es. La pasión es finalmente la medida de una relación de largo plazo.

Extraordinaria!!!

Le Fournil : nuevo lugar en barrio Lastarria

En el mismo subterráneo que dio vida a La Parte del Ángel y posteriormente a la Caleta Lastarria, llegamos al primer día del restaurante Le Fournil que se inauguraba. Como es esperable, un primer día está lleno de sorpresas y sobre todo de improvisaciones, todas las cuales se perdonan considerando el enorme esfuerzo que implica armar un sitio de disfrutes.

Por cierto, fuimos valientes al ingresar, ya que evidentemente pocos se atreven a entrar en un sitio nuevo, sin historia y especialmente en una zona con numerosa oferta probada.

En fin, nos instalamos en el lugar, confiamos en nuestra buena fortuna y partimos con una mineral y una rica caipiroska para gozar un buen tártaro de salmón. Hasta aquí delicioso y decidimos entonces ir por los fondos, con una merluza austral y un filete, acompañados de un buen reserva cabernet sauvignon  Gran Tarapacá.

La atención algo lenta, pero no menos amable y para ser la primera noche del lugar, estuvo excelente!!

Valle del Elqui : un paseo notable

Un delicioso grupo de amigos que nació al alero de mi querido Club Malayo, cada cierto tiempo es el epicentro de disfrutables paseos con trekking y montaña por diversos lugares de Chile. En esta ocasión me avisaron con suficiente tiempo como para poder planificar algo y sumarme a la aventura.

Quedamos de juntarnos en Plaza Italia con mi gran amigo León, quién viajaba sin su Chinita y en consecuencia conformamos una cordada que sumaríamos a nuestros amigos Nilda y Roberto, la Rubia Soldavini y su hermano y Ale Gallo y su pareja. Un grupo dedicado a pasarlo bien en todo momento y que hace que estos paseos sean inolvidables. Una larga jornada en la camioneta de León para llegar al Valle del Elqui, destino que además de su aura mística tiene buenos cerros para subir. En el camino tras un infructuoso intento de llegar al lugar de alojamiento, decidimos ir a comer a una picada en donde una buena sopa y un plato de carne y arroz apaciguaron el hambre acumulada en las horas de tránsito.

Una vez que coincidimos vía telefónica logramos coordinación para llegar al lugar que Ale había reservado, nos encontramos todos en un maravilloso oasis pleno de naturaleza bajo la belleza sorprendente del cielo del valle. Nos instalamos en la cabañas, por cierto muy bien equipadas, y comenzamos a planificar la cena y la salida madrugadora hacia el cerro Porongo.

Creo que sobra decir la cantidad de exquisiteces que disfrutamos este atardecer mientras la noche pugnaba por asomar entre las nubes hasta que logro despejar y mostrar esa impresionante belleza que hace del Elqui el mejor lugar para divisar estrellas. Algo atolondrados por tantos placeres comestibles y bebestibles, fuimos hacia la oscuridad del camino para mirar con unos tremendos binoculares las más hermosas formaciones celestiales que pueden verse sin equipamiento profesional. Nebulosas, galaxias y cúmulos de estrellas maravillosos que disfrutamos por el tiempo que nuestro cuello resistió la pose. Es sorprendente el cielo del Elqui, un espectáculo que no he podido repetir en ningún otro lugar.

Si bien antes de la cena habíamos hecho una incursión para detectar el sendero que en la mañana nos conduciría al Porongo, la verdad es que no logramos dar con él y esta temprana mañana, tras desayunar, nos incursionamos con toda la incerteza y la curiosidad que era posible. Caminamos a través del pueblo y nos metimos al cerro por donde parecía mejor ruta. Afortunadamente, íbamos bien encaminados y el ascenso nos obligó a un buen ritmo mientras observábamos la huella de los mineros en el cerro, varios piques y prospecciones que hablaban de la actividad pirquinera de la zona. Varias horas después llegamos a un remanso que nos dió la verdadera perspectiva del ascenso, un desnivel de casi 2 mil metros, no era presa fácil para nadie y calculando los tiempos, decidimos que la aventura llegaba al punto de decidir volver.

Una nueva y deliciosa cena nos esperaba tras el regreso, cansados y contentos solo debíamos ducharnos para iniciar el asado que rápidamente armamos para el mayor disfrute de todos. Una larga noche de risas y buenos momentos, antes de ir a descansar.

El último día en la zona, lo destinamos a pasear y conocer la zona, nos sorprendimos con las ocupaciones del camino de decenas de ovejas y también de cabras como si no importara nada. Para nosotros solo fue una oportunidad de tomar fotografías y disfrutar el percance. Después, un buen almuerzo en el pueblo cercano y el inicio del inevitable regreso.

Un paseo exquisito que dejé registrado en estas fotografías para recordarlo muchas veces.

 

Asunción, un Paraguay inesperado

En mi búsqueda de placeres tenía inscrito visitar Asunción en Paraguay. No tenía claro si era bueno a priori o no, pero era parte de mi lista. Invité a mi partner a disfrutar esta incursión de disfrutes, después de todo podría ser una ocasión disfrutable para dos. Un breve viaje de avión para llegar a un curioso aeropuerto en donde sin pedir permiso las agencias de cambio te roban sin misericordia.

Obtuvimos taxi para llevarnos al hotel contratado, un viaje interesante porque es a través de zonas populares que claramente hablan de las carencias de la población.. No me pasa desapercibido el hecho que los visitantes siempre somos llevados a lo mostrable del destino. Cuánto no se nos muestra????

El Hotel Cecilia estaba bien, limpio y con aire acondicionado era adecuado para este caluroso paraje y con ánimo filetario nos dispusimos a disfrutar lo que venía. Tras caminar por un buen tiempo llegamos a la conclusión que la primera cena estaría perfecta en el restaurante Talleyrand, un sitio delicioso que nos permitió conocer el secreto del surubí, un pescado de agua dulce que la lleva. Pisco sour, agua mineral, la ricura del surubi preparado de manera misteriosa para hacerlo delicioso, nos acompaño esta primera noche en Asunción.

Un nuevo día en Asunción, llevó un desayuno de hotel, a veces muy abundante, pero nada que impida una caminata de largo aliento.  Visitamos la casa de gobierno (nada interesante), el congreso (menos interesante), un museo del ferrocarril, quizás lo más delicioso de la jornada que remató en un delicioso café en el Café Martínez (notable) como preámbulo a una cena en el mismo hotel que dormíamos, La Preferida se llama y no se si lo sería para mí. La comida  cumple pero no fascina.

En un nuevo día caminamos la ciudad, con paciencia y mucho calor, pero con la intención de conocer lo más que fuera posible. La de decepción de lugares cerrados y una cultura terriblemente perdedora marcó este día. Nos costó entender esto, pero con paciencia de explorador nos dirigimos a la Taberna Española, sitio en que disfrutamos a tope. Esto fue muy rico!!!!

Un viaje con contrastes en esta ciudad de historia detenida, algo que el gran Gabo habría incluido en su Macondo sin pensarlo demasiado. Esta parte de Asunción es definitivamente un lugar en el pasado.

De puro curiosos fuimos a la zona rosa de Asunción en donde se vive el otro extremo, gran despliegue de tiendas de lujo, mucho pub y nada que envidiar a Nueva Costanera o Isidora Goyenechea en la oferta gastronómica. Sin embargo, esto no es Paraguay como tampoco Chile, es simplemente la burda copia de Miami, que no me agrada encontrar.

 

 

Valparaíso, mi amor

He visitado esta ciudad muchas y demasiadas veces y siempre quiero más. No solo tiene la belleza propia de una ciudad puerto pobre, sino de la inclusión de muchas, muchas actividades que le dan sentido y sobretodo explican porqué tantos de nosotros amamos este lugar.

Cada cierto tiempo, un formato de disfrutes que llamo krrtreking V&V me lleva  a visitar mi lindo puerto y a disfrutar sus innumerables opciones. Escribo lamentablemente después de un gran incendio que llenó de lágrimas mi alma, pues tanta gente, la más pobre como suele ser, perdió todo. Confío en que todo volverá a ser normal y una vez más este pueblo sabrá salir adelante.

Viajamos como siempre en bus desde Santiasco, para luego de un par de horas de estar caminando entre los cerros deliciosos de Valpo., juntaríamos suficiente hambre para disfrutar su generosa y deliciosa oferta gastronómica.

Nuestro primer destino era llegar al hotel Gervasoni, una casa maravillosa que alguna vez perteneció a la familia de un viejo amigo de apellido Ibañez y que siempre la recuerda en nuestras conversaciones de práctica de inglés. Instalados en el devenido y  delicioso hotel boutique, salimos en la búsqueda de sabores y disfrutes.

Conseguimos telefónicamente reserva en el restaurante La Concepción y caminamos a nuestro primer encuentro gastronómico. La maravilla que me provoca estar en esa terraza enfrente de la bahía, atendido exquisitamente como suele ser en este restaurante. Un rico kir royale y pisco sour rústico, fueron preámbulo de una merluza austral  y un lomo de cordero  acompañados de un ensamblaje de Botaculra El Delirio. Para los postres un creme brulee y unos fruit chrisps además de los cafés negros de rigor. Un almuerzo maravilloso que después nos llevaría estimulantemente a caminar por otros cerros a disfrutar sus opciones.

La cena ideal debía ser en un viejo local que siempre me ha gustado, aunque antes había que probar algo más. Fuimos al Cocina Puerto, allí probamos sus conceptos originales de aperitivos gastronómicos, como sus sopaipillas del sur, sus ceviches y especialmente sus sours.

Después de una cena deliciosa en el Samsara, comida Thai, más una completa incursión nocturna en los cerros para cazar graffitis nos fuimos a dormir.

Cafés en esos pequeños sitios que hay entre talleres de artistas gráficos, conversaciones generosas y muchos  graffitis que añado a la colección de krrtrekking

Valparaíso, siempre disfrutable!!

 

Quito, una ciudad en las alturas

Hace tiempo que quería hacer un viaje a la ciudad de Quito. Antes de viajar estaba convencido en mi gran ignorancia que esta ciudad era costera y fui sorprendido con una instalación a más de 2 mil metros de altura, conectada por puentes entre innumerables cerros de gran espesura vegetal. Una ciudad llena de historia que cuenta con cientos de cuadras de construcciones patrimoniales en donde la iglesia católica tiene mucho que decir, especialmente en la opulencia, ostentación y riqueza. Todo, por cierto, completamente contradictorio con el discurso oficial. Lo más sorprendente fue visitar la iglesia de la congregación San Francisco de Asis en donde fue imposible dejar de pensar que el santo del año 1200 (aprox.) estuviese muy contento de ver el despliegue de riqueza de su propia iglesia. Como sea, es la evidencia de la naturaleza básicamente primitiva y mercantilista del comportamiento de la iglesia católica, emisarios de un lindo mensaje a un alto precio e inconsistencia grave.

Debo confesar que la comida local no es lo más relevante que debe considerarse al visitar este lugar, solo pudimos probarla una vez, más habría sido un atentado al hígado, naturalmente bajo nuestros estándares de evaluación (nada universal). Sin embargo, salvaron varias incursiones en restaurantes de hoteles en donde pudimos gozar sabores muy disfrutables. Las distancias en Quito son enormes y no se pueden salvar a pié por lo que la experiencia de los tacos de tráfico son permanentes. No obstante lo anterior, es maravillosa la belleza de tanta construcción antigua, un resabio de otra época opulenta en donde claramente la iglesia marcaba la línea de la riqueza.

Quito es finalmente una hermosa ciudad en cerros, con mucha historia y opciones únicas como fue visitar la casa museo de Guayasamin, lugar en que el genio instaló en el patio de su casa La Capilla del Hombre, un homenaje y preclaro concepto de su idea sobre la humanidad. Inolvidable!!

Me encantó Quito, es una ciudad que hay que conocer.

 

Tentado volví al Brasserie Petanque

Cierto, la tentación fue mayor que en otras ocasiones e invité a mi partner a visitar este nuevo lugar que tuve el privilegio de conocer el primer día de su apertura. Moría de ganas de probar otros platos y vinos y terminar de formarme una opinión.

Elegimos el gran salón comedor, muy estiloso y cómodo para ser rápidamente abordados por el maitre francés (más argentino que francés si se observa más). En extremo atento y conocedor, llegó con unos cortos de kir royale de cortesía, nos facilitó las cartas y excusándose unos segundos fue y regresó para comentarnos que había un plato del cual no quedaba disponibilidad. Este detalle terminó por ganar mi completa confianza en el profesionalismo del maitre, es lo que esperaría que el resto de los restaurantes aprendiera alguna vez.

Un pisco sour (en fin, lo de siempre) y un jerez Tío Pepe muy fresco fueron los aperitivos. Mi partner aceptó mi sugerencia de probar el exquisito salmón a la miel que yo ya conocía y seguiría recomendando. Para mí, seleccioné un risotto a la trufa negra y champiñones además de una bien helada botella de pinot noir de viña Villard. Unos platos francamente exquisitos de principio a fin que lograron extasiarnos.

Tanto placer solo podía concluir con esas tazas de café, por esta vez solo filtrado pero no por eso menos sabroso. Qué bueno Petanque!!!