Asunción, un Paraguay inesperado

En mi búsqueda de placeres tenía inscrito visitar Asunción en Paraguay. No tenía claro si era bueno a priori o no, pero era parte de mi lista. Invité a mi partner a disfrutar esta incursión de disfrutes, después de todo podría ser una ocasión disfrutable para dos. Un breve viaje de avión para llegar a un curioso aeropuerto en donde sin pedir permiso las agencias de cambio te roban sin misericordia.

Obtuvimos taxi para llevarnos al hotel contratado, un viaje interesante porque es a través de zonas populares que claramente hablan de las carencias de la población.. No me pasa desapercibido el hecho que los visitantes siempre somos llevados a lo mostrable del destino. Cuánto no se nos muestra????

El Hotel Cecilia estaba bien, limpio y con aire acondicionado era adecuado para este caluroso paraje y con ánimo filetario nos dispusimos a disfrutar lo que venía. Tras caminar por un buen tiempo llegamos a la conclusión que la primera cena estaría perfecta en el restaurante Talleyrand, un sitio delicioso que nos permitió conocer el secreto del surubí, un pescado de agua dulce que la lleva. Pisco sour, agua mineral, la ricura del surubi preparado de manera misteriosa para hacerlo delicioso, nos acompaño esta primera noche en Asunción.

Un nuevo día en Asunción, llevó un desayuno de hotel, a veces muy abundante, pero nada que impida una caminata de largo aliento.  Visitamos la casa de gobierno (nada interesante), el congreso (menos interesante), un museo del ferrocarril, quizás lo más delicioso de la jornada que remató en un delicioso café en el Café Martínez (notable) como preámbulo a una cena en el mismo hotel que dormíamos, La Preferida se llama y no se si lo sería para mí. La comida  cumple pero no fascina.

En un nuevo día caminamos la ciudad, con paciencia y mucho calor, pero con la intención de conocer lo más que fuera posible. La de decepción de lugares cerrados y una cultura terriblemente perdedora marcó este día. Nos costó entender esto, pero con paciencia de explorador nos dirigimos a la Taberna Española, sitio en que disfrutamos a tope. Esto fue muy rico!!!!

Un viaje con contrastes en esta ciudad de historia detenida, algo que el gran Gabo habría incluido en su Macondo sin pensarlo demasiado. Esta parte de Asunción es definitivamente un lugar en el pasado.

De puro curiosos fuimos a la zona rosa de Asunción en donde se vive el otro extremo, gran despliegue de tiendas de lujo, mucho pub y nada que envidiar a Nueva Costanera o Isidora Goyenechea en la oferta gastronómica. Sin embargo, esto no es Paraguay como tampoco Chile, es simplemente la burda copia de Miami, que no me agrada encontrar.

 

 

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