Desde el fin de semana vengo leyendo el libro «Surfeando la ola emocional» de Susana Bloch y estoy francamente sorprendido. Desde lo anecdótico hasta la profundidad de la fisiología humana, es un texto lleno de aspectos prácticos, pero subyace un enome misterio. Si con ajuste de la respiración, la posición corporal y la gestualidad es posible traer emociones intensas y vivirlas completamente, como se relacionan las emociones con los pensamientos, esos dolores emocionales que sufrimos los mortales. Esta simetría o bicanalidad que permite vivir emociones por vías distintas, no es loco?.
¿Podrá una emoción generada en el cuerpo traernos los pensamientos, las creencias que nos provocan?. Aún no lo sé, pero he comenzado a pensar seriamente que mi cuerpo es un vehículo y que mi mente o lo que sea que ocupa esa función, es otra.
También he pensado que los descubrimientos de Susana pueden convertirnos en manipuladores espantosos, poder reir, llorar y sentir a voluntad, sin que sea verdaderamente sentido (entendiendo por esto que nazca de algo más allá del cuerpo).
Terminaré de leerlo antes de opinar más