Hoy fui invitado a almorzar en el microcentro de Santiago. El lugar lo conocí bajo el nombre Frederik’s y guardo muy buenos recuerdos de mis visitas. Desde el punto de vista de infraestructura es básicamente el mismo restorán que conocí antaño. Sin embargo, me sorprendí con un menú de campeonato.
Partimos con una colorida sopa fría libanesa de langostinos, yogurth, tomate y pepinos. Muy equilibrada y sabrosa. Buena preparación para el paladar. Enseguida, una atención muy rapida (que se agradece), llegó una bruschetta grillada con habas (peladas y partidas por supuesto), hojas de menta, una buena ricotta y prosciutto crocante, magnífico el juego de sabores. Finalmente, el plato mayor, un pescado ricamente marinado a la plancha sobre una salsa de pomposo nombre que llevaba verduras y especias exquisitas. Con tanta efervescencia de sabores, solamente quedaba probar que vendría de postre y resultó ser una copa con trozos de mango, piña y naranjas, finamente combinados y alguna semillas que matizaban el amarillo fulgor de tan rico postre.
Como es obvio, una copa de vino acompañó el deleite y un cierre de buen café, para este almuerzo céntrico.
Completamente repetible, volveré!!!!