Baraka en realidad no significa nada, pero esta obra de teatro significa mucho. Es una sorprendente mirada del universo masculino en los ojos de una guionista mujer. Freak!!! (es la primera impresión)
Me sorprendió la maravillosa habilidad de los actores para definirse en sus roles, no cabía duda alguna de cuales eran sus valores, cuales sus principios y sus aspiraciones. Una escultura prodigiosa de las formas, cada personaje representó con fuerza ( uno con demasiada) lo que era su naturaleza.
Baraka, me hizo pensar en la solidaridad de los amigos y al mismo tiempo en la estupidez humana, esa increíble y espesa intermediancia entre lo que te dicen y lo que estás dispuesto a escuchar. Hay personajes que odio hasta el hartazgo y otros que me llaman a la ternura, Donde está el límite?!!!
Como sea, Baraka, fue una una obra deliciosa, llena de claves y lugares comunes, aunque después de todo, solo trata de la vida misma y por eso, cuando terminó, solo tenía hambre.
Junto a mi partner, nos fuimos al Dalou, un lugar de comida francesa, en donde pude pedir unos ravioles de jaiba mientras mi partner acudía a un congrio menier. Acompañamos con un delicioso pinot noir que era la mejor elección.
Gran obra, gran cena!!!