Título original que se puede traducir como Amanece (el día se levanta), es el nombre de una vieja película francesa (1939) del director Marcel Carne. Un afortunado préstamo filete la dejó en mis manos y naturalmente no resistí poder verla. Con los pocos recursos de la época, en blanco y negro, con muchos defectos técnicos, la película me atrapó.
En resumen (porque es mejor verla), un tipo sencillo, honesto y buena persona asesina a otro individuo en su cuarto y luego se refugia en su soledad y mientras la policía trata de reducirlo (matarlo) él recuerda como llegó a convertirse en un asesino. Es un film triste, siempre esperanzado en el amor y de profunda crítica social, notable y sobretodo recomendable.