Hace hartos meses que no me aparecía por este exquisito restoran, uno de mis preferidos a la hora de la degustación de cocina de autor.
El lugar con esa ambientación de elegancia sin ostentación que da el color blanco y la frugalidad de la dcoración, nos recibió cerca de las 22 horas.
Para partir, nos inscribimos con dos tragos de la ingeniosa mente del chef Palomo, un vodkatini (con tomate y albahaca) y una mandarinoska (vodka y sabores de naranjas), deliciosos!!!
La renovada carta traía una versión genial del menú de degustación que fue irresistible. Seis platos y dos postres además de las copas de vinos para el maridaje sugerido. Llegaron de tres en tres, una esfera de choclo y merkén apanada en cabritas, ostión tempura con papa de apio, un ravioli líquido de mariscos, un asado de tira con puré de callampas secas y trufa, una corvina a la plancha con salsa de aceitunas y tallarín de brócoli y un sutil avant postre con mandarina y mentol.
Los postres, un delicioso conocido, Polvos y una maravillosa tarta de arándanos. Mmmmmhhhh, que rico!!!!!
El Sukalde, sigue sorprendiéndome y mi cuerpo lo agradece.