Una tarde disponible para disfrutar y terriblemente desconectado del mundo.
La mañana la había dedicado a un exquisito paseo en cleta por diversas comunas sumando kilómetros y paisajes, pero necesitaba algo distinto. Revisé la cartelera de espectáculos del día y encontré un algo conocido. Se trataba del vigoroso y juvenil show de la compañía Stomp que se presentaba a media tarde en el Teatro Municipal de Las Condes.
Este grupo británico se caracteriza por hacer música con objetos comunes acompañado de un delicioso despliegue de danza y mucho humor, todo lo cual me hizo tomar rápidamente la decisión de asistir. Fui a comprar la entrada y aproveché de pasar a comer algo rico al Maldito Chef.
Ubicado en una envidiable posición en el teatro, me dispuse a disfrutar. Aunque no pude evitar ser perturbado por un enano parlante e hiperquinético sentado a mi costado en compañía de su abuelo. En fin, Stomp es gusto de todas las edades y no podía reclamar.
Un despliegue de energía impresionante en un continuo de escenas simples, sin grandes guiones, solo música, movimientos virtuosos y percusiones sorprendentes. Cualquier objeto, desde un escobillón, hasta un basurero, pasando por bolsas, tubos de PVC y cuanto puedan imaginar, se transforman en instrumentos y sale música, música y buen humor.
Una muchachada virtuosa, mantiene la atención y sobre todo el disfrute de un teatro lleno. Stomp usa claves de la danza callejera, del clásico clown y la sonoridad de una batucada, sin embargo, siguen siendo originales.
Pasé un buen momento sin haber planificado nada, la energía de Stomp inundó mi tarde.