Ramón Griffero, estrenó el año 1985 esta obra con la Compañía El Trolley y deduzco en la obviedad que la dictadura vigente en la época no fue capaz de entender la profundidad y genialidad de lo presentado. Por cierto y afortunadamente, Griffero y su obra gozan de muy buena salud.
Santiasco a Mil habría sido en extremo injusta si no hubiese seleccionado esta magistral obra para esta versión de bicentenario, ya que es magnífica. No solo por los contenidos sino por la forma de la representación teatral. Si muchos nos maravillamos en este siglo XXI con la obra Sin Sangre del Teatro Cinema (con ex miembros de la maravillosa agrupación La Troppa), es imposible no darse cuenta que Griffero es el padre de estas técnicas teatrales, en donde juega con los planos visuales, donde varias historias paralelas se tejen en la profundidad virtual de un escenario. Un teatro con nosotros el público, un teatro de los años 40 en el escenario donde exhiben películas por capítulos (entregas), una película que es asimismo un nuevo escenario donde otros actores representan otra historia fílmica y presencial e incluso un último plano en donde hay otras escenas que complementan el fondo. Tanta complejidad para hacer una preciosa e imprescindible magia!!
Las historias en escena, cuentan una misma y triste historia, la de un país bajo una cruel dictadura. cada cual puede elegir en cual plano se ubica, el público del Teatro Valencia, en sus mediocres vidas haciéndose los locos con lo que ocurre, la mortificada vida del exiliado en Paris atormentado por los fantasmas de su novia detenida-desaparecida o las vidas distorsionadas de los otros personajes que pasean entre el fondo cotidiano y la locura de quien sufre y se revela ante el «orden» impuesto.
Gran reestreno, absolutamente imperdible!!!