Un cantautor de este calibre bien se merece una crónica. Me gusta esa mezcla de balada, jazz, fusión y pop que logra prodigiosamente este músico, quien vino a Chile a celebrar 50 años de vida artística.
Aunque no podía corear sus canciones como muchos lo hacían, disfruté que tanta gente y de tan variadas edades se supiera las letras. En realidad es un fenómeno este artista y a pesar que se casi no se mueve y camina cansadamente (67 años), el teatro estaba lleno de energía y movimiento.
La textura de su música es tan compleja que puede juntar varios estilos en una misma canción y hacerlo perfecto. A veces solo es música, otra veces textos e incluso sonidos casi guturales y todo es sensacional.
Les regalo algunas tomas que hice durante el concierto.