En las catacumbas de La Moneda, más conocido como el Centro Cultural Palacio La Moneda (CCPLM), desde hace poco tiempo hay dos sitios muy interesante. La sucursal de la estupenda tienda de libros Metales Pesados y el restoran Cívico. La tienda, atendida por un argentino simpático y locuaz, mantiene un excelente stock de buenos libros y se acompaña de la conversación gratis, amena y letrada del trasandino.
Esperé mucho tiempo (más de dos años) para conocer el restorán que se anunció desde la inauguración del CCPLM y nunca aparecía. Pues bien, llegó el momento de probarlo.
Partí como de costumbre con una botella de agua mineral sin gas y mucho hielo. Santiasco está quemándose al sol. Un desfile vertiginoso de mozos que van de una mesa a otra, se nota que conocen el oficio. Se puede pedir a cualquiera de los mozos y te atienden rápida y amablemente.
La carta razonablemente breve, con interesantes y creativas entradas, platos de fondo definitivamente tentadores, con creaciones basadas en cordero, salmón, cerdo, atún con acompañamientos geniales, incluso ocasionalmente exóticos. Una sección de parrilla (el tradicional estilo Cuerovaca), postres y bebestibles. En vinos, no tuve oportunidad de ver la carta, pero si se mira hacia esos más de 7 metros de barra, puede verse atrás una galería vidriada con cientos de botellas de vinos.
En el lugar abunda la madera y el cuero, lo que le da una estampa elegante pero moderna. La temperatura adecuada (aunque yo siempre prefiero más frío) y quizás el único detalle ambiental, la música. Había música pero no se captaba que era (cada vez estoy más sordo).
Me tenté rapidamente con un plato demasiado interesante, un Atún de Isla de Pascua sobre un puré de arvejas, salsa cítrica y pebre de papayas. Lo pedí un poco más que a punto, es decir, en el tono rosado que me apetece este pescado.
En el intertanto, pude ver que gran cantidad de meses estaban ocupadas y en animadas conversaciones de día viernes. Llegó una panera con dos panecillos deliciosos y una bandeja con tres pocillos, mantequilla, una salsa de color mostaza (algo insípida) y una sabrosa salsa de color verde.
Pregunté por el vino por copas y me hacen la gentil atención de abrir una botella de Pinot Noir Cono Sur para brindarme una deliciosa copa a la temperatura ideal como buen acompañamiento de mi plato.
Antes de 15 minutos, recibo un tanto ansioso un bello plato blanco con una potente porción de puré de arvejas, sobre éste un perfecto filete rosado de atún, sobre éste la salsa cítrica y el pebre de papayas (trocitos de papaya y pimiento rojo) adornado todo por unos hilitos crocantes de verdura. Delicioso!!!!
Fue un viaje al placer que me desconectó por un rato del stress santiasqueño y me dió impulso para aventurarme con un buen postre. Solicité una Fantasía de Chocolate con helado de maracujá y una salsa de frutos del bosque. Un plato genial y de 10.000 calorías, además del chocolate, embebido en una salsa claroscura de chocolate, unas deliciosas frambuesas sobre su propia salsa, un pequeño cilindro de mouse de chocolate además una suerte de malvavisco helado con hilitos cítricos y menta de adorno junto al pocillo del helado de maracujá y unos gajos pelados de naranja. Increíble, casi me lo como todo.
Este restorán se las trae, hay que volver!!!.