Santiasco perece lentamente en el verano de febrero y los que no han salido a vacacionar, se preparan para hacerlo. Efecto indeseable, comienza a escasear la oferta disfrutable en las poco frescas noches del periodo.
Partimos algo tarde hacia el Thelonious, la banda de Jazz Latino ya había iniciado el show, no obstante, habían mesas vacías y una de mis preferidas. Franz Mesko, saxofonista y un cuarteto «ampliado» formado por batería, contrabajo, piano, trompeta y unas percusiones notables.
La música con bastante personalidad, con esa deliciosa mezcla que da el ritmo latino y los ritos sónicos formidables del jazz.
Aprovechamos el intermedio para servirnos unas ricas bocatas, esos sandwiches fascinantes que venden en este local y que permanecen siendo exquisitos a pesar de los años que llevo eligiéndolos. Es todo un tema el hecho que Erwin, el dueño y maestro de ceremonia de Thelonious, nunca haya modificado la carta desde la inauguración.
La segunda parte del show, nuevamente deslumbró por la vivaz y entretenida mezcla de sonidos y ejecuciones solistas impecables.
Acercándonos a la una de la madrugada, fue un momento adecuado para dirigir nuestros pasos hacia el Raza, el after hour gourmet, como le han llamado. Una linda casona blanca al costado del Centro Mori, ofrece un conjunto de ambientes bastante bien logrados, con una decoración moderna, prudente iluminación y una oferta de música estupenda. Más cerca de la calle, se encuentra un comedor, en la zona del centro una increíble barra soberbiamente diseñada, también un par de mesas, una de las cuales nos apropiamos. La música invitaba a quedarse en ese lugar para disfrutar unos tragos y alguna tentación gourmet. Hacia el fondo, deslizándose por un pasillo hay otros ambientes más electrónicos, con DJ incluido y unos privados en donde se celebraba un cumpleaños aparentemente.
Tras una espera un tanto exagerada (los mozos en la barra, a tres metros, no se daban ni por aludidos), pedi un trago especial, un mojito molecular, vaya que nombre!!!. En esencia, un mojio pero con una presentación completamente distinta que incluía unas pequeñas y blancas bolitas en el vaso. estuvo rico aunque al acabar el líquido descubrí que la mitad del vaso estaba compactamente llena con todos los elementos que habían incluido en la presentación del trago. Comimos una tabla deliciosa
Un detalle relevante por mejorar, además del servicio, es que solo aceptan efectivo o cheques, que absurdo!. En todo caso, un gran lugar.
…cabe agregar que a la hora que aprontabamos a irnos, ya la puerta llevaba un buen rato cerrada y no era tan tarde (se supone que es after hour). Mi apreciación personal : ese día no iban los jefes a visitar el local!