Almorzar un día viernes en un buen restorán en el sector céntrico de Santiasco puede ser una empresa de compleja gestión. En esta ocasión, por primera vez en muchos años debí acceder a mi Plan D para poder almorzar con mi delicada y maravillosa compañía.
Partimos tratando de llegar a un restorán tradicional japonés en calle Merced, pero ya no existía (yo no confiaría en mi memoria). Rápidamente fuimos por una buena comida vasca y en el lugar hacían filas de espera por una mesa. Ooooppsss!!! Sorprendido pero jamás confundido, partimos a un excelente restorán japonés moderno en calle Monjitas y para nueva sorpresa (ya era el Plan C!!!) el lugar estaba repleto. En ese momento, apliqué un sano filtro, había que ir a un restorán suficientemente caro como para que existiese espacio. Así, mi plan D se convirtió en un delicioso almuerzo en el Opera, barrio Bellas Artes.
Agua mineral para refrescar nuestras gargantas, seguidamente unos deliciosos y calientes panecillos con mantequilla, mientras ordenábamos un increible ceviche con leche de tigre, paltas y acompañamientos y por mi parte un congrio con salsa de ostras en una cama de lentejas rojas y hierbas. Fantásticos platos, sabores únicos, un contraste genial de lo frío y caliente, maridado magníficamente con un pinot noir de Viña Villard, que superó con creces nuestras expectativas.
Esta delicia de almuerzo se premió con un postre compartido, cuyo nombre no recuerdo, pero que se componía de un delicioso kuchen, chirimoyas, helado y adorno de chocolate blanco, absolutamente repetible.
El tiempo disponible no nos permitió seguir disfrutando, pero quedó claro que el centro de Santiasco posee opciones a la hora de almorzar filete.