Los espectáculos que se montan en el Teatro Municipal se han convertido en un deleite para mí. La primera noche de lunes de agosto, la gala venía cargada de estrellas.
El ballet comenzó cn un concierto barroco, con música de Bach en la interpretación maravillosa de la Orquesta Filarmónica de Santiago bajo la dirección siempre perfecta de José Luis Dominguez. Tres trozos de música bailados por artistas de ballet de Santiago en una armonía y continuidad deliciosas.
Siguió una preciosa pieza llamada Elegie con música de Rachmaninoff, para llegar a los bailarines del ballet de Hong Kong, quienes interpretaron Butterfly Lovers, increíblemente bella. Más adelante, estos mismos bailarines interpretarían Turandot (un Pas de Deux) con música de Puccini y que ellos cerrarían con un gran beso. Aplausos totales para estos artistas.
Rodrigo Guzmán, haría un Viaje Corto, un baile solista con la música de Los Tres (Amores Incompletos), totalmente genial.
Los bailarines del Ballet de Stuttgart darían muesra de su taleno en Adagio Assai con música de Ravel y la gran Marcela Goicoechea con su baile solista de La Boheme con voz de Charles Aznavour.
En cosa de segundos, tras un baile de los bailarines alemanes (Ring them Bell con música de Liza Minelli), los magos de la tramoya del Teatro, armaron un gigantesco escenario para que tres grandes bailarines hicieran la pieza Trio.
Un desfile de virtuosismo y calidad nos dejó con 20 minutos para tomar aliento.
Al volver del intermedio, la música en vivo de Stravinsky dio inicio a la extraordinaria obra La Consagración de la Primavera con la participación de los bailarines del ballet de Santiago, un increíble bailarín ruso y el primer bailarín del ballet de Stuttgart. Una obra maestra audaz incluso para esta época.
Linda y emocionante Gala.