Spiazzo : pastas por la noche

Como he estado bastante inapetente, he usado el mecanismo de ir a restoranes que me entusiasmen con bonita y buena comida. Así llegué una noche a este local, de propiedad del conocido restorán El Parrón en Providencia.

La idea era una buena e interesante ingesta de carbohidratos para tener un sueño placentero. Me instalé en este gran local, bastante vacío por lo demás, y partí por pedir mi habitual agua mineral sin gas, preludio gracioso de cualquier buena comida. Tras estudiar la carta me incliné por unos agnolottis de salmón ahumado y ricotta y decidí bañarlos con una salsa de mariscos (camarones, calamares y machas además de la crema de rigor). Con esa carga, era necesario un buen vino, así es que pedí un merlot reserva de Santa Ema 2006, suficientemente bueno para esta cena.

Un plato exquisito, aunque visualmente le faltaba color (porqué hay chefs tan fomes!!), habría sido genial algo de verde y rojo. No basta el sabor, es necesaria una experiencia más completa.

Muchas veces, me quedo con la sensación que los restoranes de Santiasco no invierten lo suficiente en crear experiencias y se limitan a seguir recetas. ¿porqué no capacitan a los mozos para asegurar un buen resultado en la experiencia usuaria?. Es una gran torpeza!!

De hecho, hasta me entusiasmé en pedir un postre, pero el mozo nunca más se apareció. Tras varios minutos de espera decidí pedir la cuenta. Que mal!!!

En todo caso, la comida deliciosa, solo que pudo ser mucho mejor.

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