El barrio Lastarria casi siempre tiene alguna sorpresa cuando decido incursionar en él, como opción para almorzar algo rico en días laborales. Caminé como de costumbre zigzagueando por las calles del centro de santiasco hasta que llegué a revisar en donde almorzaría.
Pensando que quizás ya se habría instalado el Nolita, me encontré con el enorme despliegue de mesas y quitasoles en la exquisita terraza que hay en Lastarria 70, ahí mismo en donde se encuentra el rico Café Urriola, la librería Ulises y Casa Lastarria.
Un tanto desatentos desde el administrador (dedicado a conversar, cuando debería estar vigilante de los detalles que siempre deben pulirse cuando se abre un nuevo sitio) hasta las chicas y chicos que hacían de mozos. Decidí obviar esta constatación y llamé a una chica para que me trajera la carta y una botella de agua mineral sin gas. Si bien trajo la carta, ya había olvidado, cuando me la entrega, si era con o sin gas lo solicitado.
Claramente es un sitio fiel a su nombre, para juntar grupos con ganas de beber cerveza (el plus del local es el cellar beer enorme que posee de propiedad de CCU) y comer grandes sandwiches o tablas. No obstante ello, tienen unos pocos e interesantes platos y eso es suficiente para que me anime a explorar.
Me tenté con un plato de sugerente nombre, Suprema y Sepia, unos filetes de pollo rellenos con tocino y queso crema montados sobre un delicioso risotto con tinta de calamar incluidos anillos de calamares y, como rezaba la carta, una salsa de mango y jenjibre. Un toque que me pareció muy interesante.
Preparándome para el disfrute, pedí una botella del excelente Cuvée Carmenere 2009 de Misiones de Rengo, mientras llegaban unas dobladitas pequeñas y calientitas y un pote con una deliciosa pasta de aceitunas. Buen detalle!!
Las chicas probablemente saben servir cerveza, pero de vinos nada. Después de pasarse el mandato entre dos chicas y verla cometer un error tras otro, decidí ayudarla y aprovechar de enseñarle algo útil. Por cierto, terminé descorchando personalmente la botella y la chica se fue muy agradecida. Claramente una atención inexperta.
El plato era delicioso, el risotto increíblemente sabroso. Sin embargo, cuando decidí probar la salsa, gran decepción. No era una salsa, sino jugo de mango frío!!. El jenjibre brillaba por su ausencia y la verdad es que como me lo imaginaba la combinación habría sido estupenda, pero debía ser caliente y con el toque picante del jenjibre. Como el resto del plato estaba francamente exquisito, dejé pasar otra vez (-2).
Para terminar de formarme una opinión sobre el nuevo sitio, decidí pedir un postre y el elegido fue Goxua, un bizcocho remojado en licor de naranjas, crema pastelera y salsa de caramelo. Sabroso, pero excesivamente dulce, en vez de caramelo le habría puesto una mermelada de naranjas o quizás de kiwi. No pude comerlo todo (-3).
Interesante opción para juntarse con los amigos en formato after office y sobretodo para aprovechar esta maravillosa terraza. Para almorzar, mmhhhh, le falta harto para ser recomendable aunque prometen los sabores.
Oye, es «normal» que el personal – en general – sea un tanto naif en la atención y en el conocimiento del «oficio». Hay que acostumbrarse!