Cenar rico es un gran placer y en ocasiones es un arte encontrar un buen lugar. En esta oportunidad me dirigí al Guría, la verdad sin grandes expectativas, pero me llevé una buena sorpresa.
El local no llama demasiado la atención desde afuera, pero al ingresar se nota escuela, mesas bien presentadas y salones espaciosos. En el primer piso un lindo bar y una cava de vinos a la vista. No obstante, me fui al segundo piso y elegí una mesa pegada a una ventana. Una noche con ligera brisa generaba ese frescor delicioso que me gusta sentir en las terrazas.
Un restorán con casi 4 años de vida (según me enteré ya compraron la casa contigüa, por lo que van creciendo, buen indicador). Atienden muchachos jóvenes que verdaderamente se esmeran en hacerlo bien, algo que valoro en un sitio de comidas es la buena atención.
Partí con mi habitual agua mineral sin gas y pedí una entrada que resultó magnífica, unos pimientos del piquillo. Pimientos apanados rellenos con farsa de cerdo, queso de cabra y menta, presentado sobre la típica salsa vizcaína española. Una delicia que solo abrió mi apetito.
Para el fondo, pedí un congrio a la plancha montado sobre una fina salsa de salmón ahumado con lindos y exquisitos y turgentes camarones. El filete de congrio grillado sobre unas papas a la crema y un espolvoreado de cilantro, sobre la salsa. Fantástico, un desfile de sabores bien seleccionados.
Para tamaños sabores, pedí un carmenere reserva de Leyda, a temperatura ambiente, verdaderamente ideal. Cabe destacar que tienen una buena carta de vinos, muy variada y con una gran oferta de ensamblajes.
Solo 6 mesas ocupadas en ese piso, la mayoría gente un tanto mayor, casi me sentí viejo. La brisa nocturna limpió el aire del humo de cigarrillos y la música ambient muy bien elegida, con tonos de guitarra que generan reminiscencias españolas, hicieron muy disfrutable la cena.
El postre, la verdad debía estar a la altura de lo que ya había disfrutado, por lo que elegí una Leche Frita (que raro suena). Un postre vasco excepcional, caliente, sensual y dulce. Una delicada masa de maicena, espolvoreada de azúcar flor y rodeada de miel.
Mientras escucho una suave música Bossa, pido la cuenta y me despido de esta disfrutable experiencia.
Guría, exquisito restorán español. Totalmente repetible!!!.
mauricio siempre es bueno leer filetario, aprender del buen comer y beber….o sea dos cosas muy importantes en esta vida, solo queria comentarte que esta semana volvemos al ruedo, espero que puedas participar en el paseo a Plantat, Yovani será el guia, un abrazo y estamos en contacto
Hernán
por supuesto que voy, nos vemos!!!