Cansado de una jornada laboral brutal que comenzó a las 7:30 AM y que a esta hora sumaba 13 horas y algo más, decidí que me merecía un disfrute especial y relajado. Caminé algunas cuadras y me fui directo al barrio Bellavista a un sitio que ya tenía muy probado y que seguramente me entregaría el placer que buscaba. Me refiero al Percanta, un lugar argentino muy sabroso y sobretodo bien atendido, lo cual agradezco infinitamente ya que para mi el servicio de un restaurante pondera 40% de todo lo que da.
Instalado en su pequeña pero bien dotada terraza, partí con una cerveza artesanal mestiza irish stout para hidratar mi cuerpo y comenzar a sentir ese éxtasis de detener el tiempo y dedicarme a entregar placeres a mi cuerpo.
De la interesante carta me entusiasmé con un crocante de salmón que acompañé con un insólito zapallo dulce al rescoldo y queso de cabra, una combinación que no imaginaba y que este lugar me tentó a probar. Consternado con la combinación que venía, busqué en la carta de vinos algo especial y encontré un Santa Carolina Specialities Dry Framing Carignan, o sea, una exquisita muestra del carignan que cada vez es mejor en Chile y que invito a probar.
Una cena exquisita, con buena música, buen servicio y la posibilidad cierta de saborear platos novedosos, bien presentados y con un pertinente sentido del ritmo. Por cierto, un buen café negro cerró la delicia de esta cena.