Este lugar lo tengo seleccionado como un buffer, es decir, uno de esos sitios a los que acudo cuando mis otras opciones de disfrute no están disponible. Hay que aclarar que es bueno tener un plan B sobre todo si se va acompañado. En este caso, la fórmula solo me serviría a mi mismo, pero igual es tranquilizador saber adonde acudir cuando se necesita.
Instalado en el amplio comedor del hotel, partí solicitando un fresco kir royale mientras disfrutaba la rica música lounge y ocasionalmente chillout del repertorio. Lentamente revisé la carta con ansias de novedades para descubrir un plato de merluza pochada sobre guiso de habas, estofado y vegetales, lo cual me llevó rápidamente a elegir una botella de William Cole 2011 pinot noir como el acompañamiento perfecto de mi cena
Entusiasmado con los sabores, me puse ingenioso en la búsqueda de mi postre y encontré un italiano clafoutis de berries y queso azul con helado de bocado que me fascinó. Lentamente lo disfruté hasta que llegó el momento de pedir mi cierre, el merecido café negro.
Debo confesar que este lugar jamás me ha decepcionado y seguirá siendo uno de mis planes B preferidos.