Por cuarto año consecutivo, este evento de Paula Gourmet me entusiasma a asistir. En esta ocasión, tomé mi cleta y decidí transformarla en un gran paseo. Me fui por las ciclovías de Antonio Varas, Pocuro, Américo Vespucio hasta llegar al Parque Araucano. Una fila interminable de curiosos visitantes, muchos coches con guaguas, pero nada que me amilanara en mi propósito de disfrute.
Al igual que el año pasado, eligieron este hermoso parque para desplegar la feria y se puede notar que ya hay cierta maestría. A pesar de la aglomeración de gente, todo fluye y tras amarrar mi cleta en la reja, pude comprar entrada y acceder al lugar. Muchos stands de aceite de olivas, pastas de untar basadas en especias, mermeladas exóticas y muchas otras delicias. Me sorprendió encontrar stands de cervezas, especialmente esa de cerveza negra con canela y cacao y sin alcohol. Una venta de copas para poder disfrutar distintas opciones de vinos y espumantes. Delicias del mar, variaciones acerca del delicioso merkén, un mapuche sabor o ese de sabores peruanos, helados artesanales, chocolates increíbles, jugos naturales extraordinarios (jugo de arándanos por ejemplo), quesos con un sinnúmero de ingredientes deliciosos (aceitunas verdes o nueces para ejemplificar). En fin, esta feria puede colmar mis deseos de sabores exquisitos.
Me alegra constatar que cada vez hay más gente que disfruta esta feria, parece que la búsqueda de ricos sabores se va haciendo más universal.
Un regreso a casa, con los sabores probados en mi boca, con mucho hambre pues satisfacerlo en la feria era muy dificil con tanta gente, mejor fue mi cleta y llegar a mi departamento a cocinar tras 22 Km de placer.
Gran feria!!!