Encontrar un buen lugar para almorzar en días hábiles puede ser un desafío enorme, sobretodo cuando ya es un poco tarde y gustas de hacer algo distinto. Para estas ocasiones, recuerdo que no siempre se encuentra todo en un mismo sitio y que el krrtrekking puede ser virtuoso.
Tenía un horario tope ya que debía ir a una notaría a cerrar un trámite largamente esperado, así que me fui ruteando por diversas calles buscando la sombra y de pronto estaba frente a uno de mis sitios preferidos, el Lucía Bistró. La terraza en la calle, con una alta temperatura ambiente, pero bajo la sombra y una casi imperceptible brisa. Me instalé para disfrutar uno de mis aperitivos fetiche, un pisco sour de albahaca. Helado y delicioso, me permitió recuperar el habla y aclarar mi mente, mientras pasaban los minutos.
Acto seguido, decidí probar un sitio que descubrí hace unas semanas y que a pesar de tener el formato de comida al paso, me tentaba pues ofrece kebabs, algo irresistible para mi hambrienta existencia. Me fui al Pita & Co., un pequeño local al lado de mi disquería predilecta, el Kind of Blue. Por supuesto, con una terraza disponible para disfrutar la sombra y el verano.
Pedí una pita italiana de carne, la que venía acompañada de una bebida y un pequeño pastel árabe (un bocado solamente). Muy bien atendido por dos muchachos, el servicio es diligente y el resultado sabroso. Envuelto en una tortilla de trigo, trozos de carne, tomate y palta calientes, me sorprendieron por su rico sabor. Bien presentado y estructurado para no mancharse con los jugos, disfruté mi plato de fondo «al paso».
Terminado los fondos, me quedaba todavía el postre. Que mejor opción que aprovechar la cercanía del Bombón Oriental y comer alguna delicia árabe. De hecho, pasé por un rico pastelillo de pistacho, con lo cual pude cerrar de manera deliciosa mi incursión y apurar el paso hacia mi destino.