Aunque estuve en su estreno tiempo atrás, me había prometido volver a ver esta obra apenas volviera a los escenarios en Chile. Teatro Cinema, compañía heredera del talento desarrollado en La Troppa durante una década y que ha revolucionado las artes teatrales con su refinada simbiosis de teatro y cine.
En esta ocasión, mi partner sempiterno, mi hermano Rodo, fiel cómplice de tantas incursiones filetarias, se acopló al goce asegurado de esta obra deliciosa. De hecho, era repetición para ambos.
Un Teatro Municipal de Las Condes, llenísimo, un gran marco para recibir esta formidable experiencia de fusión visual. En esta ocasión podríamos poner atención en los textos, ya que la oportunidad anterior fue solo éxtasis en la técnica maravillosa que han desarrollado estos virtuosos actores.
Fuimos testigos del vértigo que produce en la mayoría, la precisión de relojería con la cual se desarrolla la obra. Linda historia y mejor ejecución, solo queda espacio para la admiración y los aplausos. Los textos son tremendos, hablan del sentido de la vida de lo verdaderamente importante versus lo urgente. Al final de cuentas, somos tan simples y vulnerables!!
Tras este filete, nos fuimos a continuar el disfrute comiendo unos exquisitos sandwiches en el Maldito Chef, un sitio de Carpentier adictivo, aunque el servicio deja mucho que desear. Van a tener que hacer algo para mejorar, ya que no cabe duda que las recetas de Carpentier son excelentes, pero el servicio es el 80% de la experiencia y eso no está a la altura.
Teatro Cinema, ídolos!!!