En Santiasco existe una nutrida oferta de comida árabe, pero hay lugares que son una tradición imperdible. Este día amanecí con la decisión tomada de ir a almorzar rico al Omar Khayyam. A este sitio he venido en muchas ocasiones especiales, incluyendo una rica celebración de cumpleaños años atrás.
Un día caluroso por lo que instalado en la linda terraza del jardín del local, partí por beber una botella helada de agua mineral sin gas, mientras pedía una abundante porción de hummus y un plato de falafel, delicias que estimulan más el apetito. En el intertanto, trajeron un calientito pan pita el cual unté en hummus para un delicioso aperitivo.
Para los fondos, decidí por un plato imperdible, un kabbab, un trozo de tapapecho de res molido con perejil y asado a las brasas. Lo acompañé con una porción de ajíes rellenos (maravillosos!!) y una botella de Terranoble Symphony un ensamblaje de carmenere y syrah 2005 del valle del maule. La potencia del carmenere jugando con la aterciopelada textura del syrah, fantástico vino para tan rico almuerzo. La música árabe un continuo delicioso que amplificaba el placer de la comida.
Para el postre, un pastelillo árabe llamado mtabbak, masa hilo como una suerte de empanadita rellena con pistachos y almibar, que acompañé con café árabe muy negro y sin azúcar. Fantástica combinación.
Qué rica es la comida árabe!!!!