Hace casi un año que no visitaba este restorán de cocina de autor, una verdadera exquisitez en Santiasco.
Venciendo algunos juicios ampliamente fundados acerca de mi compañía habitual en estos disfrutes, me dejé llevar por mi capacidad de gozar una buena cena y me encontré con un lugar que mantiene su espíritu original, sencillo, acogedor y claramente orientado a ofrecer una experiencia singular y recordable.
Me recibió una chica que me reconoció antes que yo lo hiciera, ya que nos habíamos topado en otro lugar. Atenta y oportuna me dejó elegir a mis anchas los placeres de esta noche. Partí con un mojito a la RAI, que para todos los efectos fue un tradicional mojito «contaminado» virtuosamente con ají verde, una sorpresa deliciosa.
Mientras revisaba la carta, ya bastante madura en la prueba constante del mercado, pase de una corvina a la palta (corvina con salsa de palta con un salteado de papas a las finas hierbas) hasta un atún con costra de mostaza (ese exquisito atún de Isla de Pascua apanado a la mostaza con croquetas de risotto con salsa de maracuyá) para fijar mi atención en una pasta. Un raviol isleño, una pasta verdaderamente casera rellena de centolla y queso azul acompañada con una salsa de espárragos y tocino, una maravilla de aromas y sabor. Cabe destacar que la presentación es descomunal (un acierto del chef), un plato hermoso, de forma rectangular pero en la forma de una alfombra mágica que ondulada al viento dejaba un centro redondo de irregular profundidad para contener la delicia que comería. Un plato extasiante!!!
La música al volumen preciso en un lounge y house bien elegido, mientras elegía en la carta de vinos algo apropiado, a pesar que me gustaba la carta anterior de vinos, ésta no estaba mal y encontré un reserva de Botalcura El Delirio 2006, un ensamblaje de Syrah y Malbec que estaba preciso y delicioso para acompañar mi plato.
Tras el éxtasis de este increíble plato de pasta, pude aprovechar de revisar la carta del local, una delicada y acotada selección de carnes, pescados, pastas, ensaladas y algunas opciones de picar para dos, interesantes y excitantes. Me fui con los postres y elegí un mousse de pistachos y chocolate blanco, un plato cuadrado con un cuadrado excéntrico en donde estaba la exquisitez a servirse, con pistachos enteros de adorno en una sinfonía visual y de sabores deliciosa. La música de Thievery Corporation dió el marco perfecto para terminar el postre y beber un buen café negro para el cierre.
RAI sigue siendo una gran opción a la hora de la cena. Exquisito!!!
Una respuesta a “RAI : delicioso reencuentro”