Mis asiduas visitas a los lugares de jazz frecuentemente se topan con magnificas interpretaciones. En general, el jazz chileno y sobretodo interpretado por jovenes es de excepción, infinitamente disfrutable, pero Contracuarteto es demasiado top.
Esta noche de sábado, Contracuarteto mostró su genio, su fantástica capacidad de maravillar con esa música del alma, intensa, exaltadora, inquietante y demasiado bella.
A mayor abundancia, tocaron los temas de su disco (único por el momento) alternando con la visita de sus invitados, Cristian Moya en saxo tenor, increible como siempre y Felipe Riveros para poner esas notas de piano que hacen especial una tocata. Como habría gozado mi compañera este recital, ella sabe apreciar la magia de esta música. Puchas, me haces tanta falta!!!!!
Me comuniqué con mi bajoneado hermanito por SMS, espero que haya comprendido que la vida continúa y que nada es suficientemente fuerte como para oponerse al impulso de vivir. Por lo demás, en menos de una semana nos vamos a Baires a disfrutar el carrete bonaerense.
Buena tocata, mejor final, porque a mis notas en mi diario le pude añadir el sentimiento de saber que nada es más importante que amar, sin ataduras, sin complejos, solo amar porque es rico.
Me voy a dormir pensando en que un sábado así, vale la pena vivirlo.